Hoy por fin el dictador Franco dejará de ser homenajeado en el Valle de los Caídos

Hoy por fin el dictador Franco dejará de ser homenajeado en el Valle de los Caídos

Hoy se pone fin a una anomalía histórica sin precedentes en el mundo con la exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos y su traslado al cementerio de El Pardo-Mingorrubio, donde serán reinhumados. Han sido casi 44 años desde que el dictador fuera enterrado en Cuelgamuros.

En ninguna otra democracia del mundo se podía hallar semejante tropelía a la memoria de los fallecidos durante y después de la Guerra Civil. Franco fue enterrado junto a sus víctimas en una suerte de insulto que no encuentra semejanza en ningún país democrático.

El Valle de los Caídos dejará, así, de ser lugar de culto y homenaje al dictador en un emplazamiento que es patrimonio de todos los españoles y conservado por todos los españoles. La anomalía llega a su fin y sus restos podrán ser velados y visitados, como cualquier otro, en un lugar privado.

En Italia, los símbolos fascistas han ido desapareciendo. Y fue así desde que finalizó la Segunda Guerra Mundial. Una capilla en el cementerio de Predappio alberga los restos de Benito Mussolini. Nadie se cuestiona a estas alturas, salvo delirantes excepciones, que el Duce tenga un lugar de homenaje.

En Alemania, sucede lo mismo e incluso están prohibidas con severas penas el culto al nazismo o las manifestaciones con símbolos neonazis. Como sucediera con Mussolini, la veneración a Adolf Hitler está prohibida en territorio alemán.

Se ha especulado mucho acerca de dónde están los restos de ese monstruo, y a todas luces, y por las contradicciones de las distintas versiones, o tal vez gracias a ellas, ninguna es creíble. ¿Su cráneo está en un museo ruso?, ¿llegó a escapar de Berlín?, ¿el cadáver hallado en el búnker era de un doble?, ¿se suicidó?

A estas alturas, poco importa porque, en cualquiera de los casos, no hay un lugar donde se pueda homenajear a Hitler ni a cualquiera de sus secuaces. Por suerte para los alemanes, ese pasado de su historia no ha sido olvidado, pero tampoco es recordado, menos aún con admiración.

Han pasado casi 44 años y la anomalía desaparece, se hace justicia, solo en parte, a las víctimas del franquismo, una de las épocas más oscura de nuestra historia, y ahora se puede cerrar y pasar página. Quienes quieren ver en la exhumación una afrenta, solo se les puede decir, y basta con ello, que no tienen razón.

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