En la votación de hoy en el Congreso de los Diputados, se cumplirán los pronósticos y Pedro Sánchez, candidato socialista, volverá a ser elegido presidente del Gobierno. Nada hace pensar que fracasará la investidura. Todo está atado y pactado.
Se repetirán los votos a favor, uno más porque la diputada por En Comú Podem, Aina Vidal, estará presente en el Hemiciclo para votar a favor. El sábado, estuvo ausente por enfermedad y su voto telemático no llegó a tiempo de ser registrado.
Se repetirán los votos en contra, salvo que el PRC reconsidere su postura y también lo haga Coalición Canaria. En cualquier caso, ni tan siquiera serán necesarios porque están garantizadas las abstenciones de ERC y Bildu, 18 en total. Así, las cuentas salen y la mayoría simple, más síes que noes, serán suficientes para investir a Sánchez como presidente del primer Gobierno de coalición en España desde la Segunda República.
Termina de este modo el periodo de bloqueo político que ha sufrido España desde la moción de censura que desalojó de La Moncloa a Mariano Rajoy y al PP. Comienza, de este modo, un periodo de un Ejecutivo con plenitud de funciones para poner en marcha las reformas que el país necesita.
Empieza, así, una legislatura con grandes retos que afrontar, desde la desaceleración económica, pasando por el cambio climático, el despegue tecnológico, el diálogo entre culturas, la resolución de conflictos territoriales…
Arrancará un Gobierno con el programa más progresista de la historia de España, con un marcado carácter social y feminista, que deberá conseguir aprobar unos Presupuestos que controlen el déficit pero desarrollen planes sociales y económicos de envergadura tras la parálisis y los recortes.
Es el fin de un modelo de parlamentarismo y de hacer política que ahora deberá responder a la demanda de los ciudadanos de que los políticos deban entenderse, dialogar, como así quedó demostrado en las urnas, en las que la ciudadanía lanzó un mensaje meridiano: señorías, hablen.