Nos adentramos en la Hora Santa, el jueves de la Semana Santa. Se trata del Jueves Santo, fiesta cristiana que se celebra el tercer día anterior al Domingo de Resurrección.
La Iglesia Católica conmemora en este Jueves Santo la institución de la Eucaristía en la Última Cena y el lavatorio de los pies realizado por Jesús. Será después, en la llamada Hora Santa, cuando se recuerde la agonía y oración de Jesús en el huerto de los olivos. Asimismo, la traición de Judas y el arresto del de Nazaret.
En este Jueves Santo se oficia la denominada Misa Crismal, presidida por el obispo diocesano y concelebrada por su presbiterio. Se consagra el Santo Crisma y se bendice el resto de óleos que se utilizarán para administrar los principales sacramentos.
Ya por la tarde-noche comienza la Misa de la Cena del Señor, que lleva al Triduo Pascual. A partir de ahí se irán desarrollando los distintos oficios de Semana Santa que llegan a su culmen el Domingo de Pascua, la Resurrección.
El ritual exige que los oficios no pueden comenzar antes de las 18:00 horas, siendo lo habitual que den comienzo a las 21:00. Hay que tener en cuenta que el Jueves Santo es tiempo de Cuaresma, hasta la hora nona, es decir, las 15:00.
Es entonces cuando empieza el Triduo Pascual, que se alargará hasta el Domingo de Resurrección. Un seglar irá informando de lo que se va a celebrar en estos oficios.
Cuando comienza la celebración, el sagrario debe presentarse vacío con la puerta abierta. Otra particularidad es que el altar mayor donde se celebre la misa no podrá tener flores hasta el domingo, aunque se adorna con cirios y manteles.
Se trata, a su vez de uno de los momentos más importantes del año litúrgico: la Institución de la Eucaristía y el mandamiento del amor. Así, el color para esta celebración es el blanco eucarístico, que sustituye al morado cuaresmal.