“Holanda marca el ritmo modernizador de la agricultura en la Unión Europea”, por Francisco Villanueva Navas.

Francisco Villanueva Navas.

Francisco Villanueva Navas · @FranciscoVill87. Economista y periodista financiero.
La agricultura holandesa es sinónimo de constante innovación a fuerza de inversión en investigación y desarrollo, uno de los países más pequeños de Europa se transformó en el segundo exportador de productos agroalimentarios del mundo de manera contundente.

Los países bajos son el segundo exportador mundial de productos agroalimentarios después de EE.UU con ventas por más de 100.000 millones de euros en 2021, que crecen 9.4% por año. Alemania es el principal consumidor de los productos agroalimentarios holandeses, con compras por 26.300 millones de euros el año pasado. Lo notable es que el mayor producto agrícola que colocan los países bajos en Europa son las flores y las plantas ornamentales, cuyas ventas ascendieron a 12.000 millones de euros en 2021, en tanto que las transacciones combinadas de productos lácteos, carnes, huevos, frutas y hortalizas alcanzaron los 25.000 millones de euros.

Holanda tiene 18 millones de habitantes, en una superficie de 41.540 kms cuadrados, una de las dos más reducidas de Europa; y en estas condiciones dispone de un producto bruto interno de 856.356 millones de euros, con un PIB per cápita de 48.840 euros en 2022.

Lo que caracteriza a la agricultura holandesa es su extraordinaria capacidad de innovación, y se ha centrado en los últimos 20 años en la producción de agroalimentos capaces de enfrentar el desafío del cambio climático. Por ejemplo, Holanda se ha especializado en la producción de plátanos domésticos, cultivados en espacios calefaccionados y totalmente sustentables, que son sistemas productivos completamente protegidos de todo tipo de hongos y fungicidas.

Todo esto requiere un elevado y constante gasto en la investigación y desarrollo agrícola, que se ha triplicado en las últimas dos décadas y que ahora alcanza a 2% del PIB, el más alto de Europa. El gasto era de 5.041 millones de euros en 1990 y alcanzó a 17.760 millones de Euros en 2020, con el agregado de que más de la mitad de esta inversión está a cargo de las empresas privadas, mientras que un tercio aproximadamente proviene del Estado, y el resto es cubierto por los fondos comunes de la Unión Europea (UE).

La tendencia de la agricultura holandesa es nítidamente circular. Así, prácticamente la totalidad de la alimentación animal proviene de los alimentos no consumidos (o desperdiciados) por los propios holandeses en sus redes de restaurantes y comedores empresariales. La consigna de la producción agroalimentaria holandesa que muestra su rumbo y sentido, es que hay que producir el doble de los alimentos utilizando la mitad de los recursos, ante todo los hídricos en los que el ahorro que se ha obtenido es entre 70% y 90% de lo requerido hace 20 años.

También ha desaparecido virtualmente el uso de pesticidas agroquímicos, sustituidos en todos los casos por elementos biológicos surgidos de los laboratorios. Asimismo, un compromiso central del gobierno de Ámsterdam es cortar por la mitad las emisiones de dióxido de carbono provenientes del sector en 2030; y desde 2009 la producción aviaria ha disminuido en más de 60% la utilización de antibióticos.

La Westland es la zona ubicada sobre el Mar del Norte, donde se encuentra la mayor concentración de producción agrícola cubierta, iluminada y calefaccionada, con enorme extensión. Esta zona estaba cubierta en su mayor parte por las aguas marítimas hace sólo 30 años. Allí se produce más de la mitad de los agroalimentos de los países bajos. Por eso Holanda es uno de los tres principales exportadores de tomates del mundo, y la segunda vendedora de cebollas, así como la tercera o la segunda productora (según los años) de frutas y hortalizas en el mercado global.

En una sola planta cubierta ubicada en la frontera con Alemania se crían más de 150.000 pollos por año, en condiciones óptimas de alimentación y salubridad, digitalmente controladas.

El núcleo intelectual (científico y tecnológico) del agro de los países Bajos es el “Centro de investigaciones y Desarrollo” de la Universidad de Wageninger (WUR) situada a 65 kms al sudeste de Ámsterdam, considerada una de las principales instituciones de investigación agrícola del mundo.

El “Valle de la alimentación” rodea al WUR; y es el Silicon Valley de la agricultura mundial, con “start-ups” agrícolas de categoría internacional.

La regla en la producción holandesa es la utilización intensiva en la agricultura de precisión. Por eso, el rendimiento de las plantaciones de patata por hectárea más elevado que el resto del mundo, duplicando la productividad mundial media. Esto es lo que convierte a la agricultura holandesa en un paradigma de la producción mundial.

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