El Ministerio de Hacienda cambia de opinión y se propone estudiar el diferimiento de estos pagos para las empresas menores a 600.000 € de facturación anual. No es poco. Estamos hablando de más de 3 millones de declaraciones.
El 20 de abril es cuando las empresas tienen que presentar la primera autoliquidación del año. Tanto la retenciones del IRPF, el IVA, el pago fraccionado de sociedades y el pago fraccionado de empresas.
En estudio, por lo tanto, más de 3 millones de euros en impuestos serían aplazados para todas estas pequeñas empresas, individuales o societarias, con el fin de desahogar su tesorería en un momento en el que carecen de ingresos.
El problema de las dudas de María Jesús Montero es la necesidad de Hacienda en relación a afrontar pagos extraordinarios tales como las prestaciones de los ERTEs y otras medidas destinadas a paliar la crisis de demanda del país.
La presión de diversos organismos privados, organizaciones de autónomos (ATA y UPTA), el Colegio de Economistas, ha cuajado en que el ministerio al menos estudie el diferimiento del pago de estos impuestos. Montero argumentó en contra en principio, entre otras cosas, porque las empresas pueden pedir préstamos avalados por el Estado para pagar los impuestos.
En ese sentido, en días conoceremos la conclusión del Gobierno de la nación en relación al diferimiento de más de 3 millones de euros de impuestos, como decimos, para pequeñas y medianas empresas, así como para autónomos.