Guerra de divisas a la vista

Guerra de divisas a la vista

Trump vuelve a atacar verbalmente a China y a la UE.
El presidente estadounidense ha acusado a China y a la Eurozona de manipular sus divisas y sus tipos de interés intencionadamente para beneficiar su comercio exterior, informa Bolsamanía. Así, según expertos y analistas, el conflicto de los aranceles se trasladará al ámbito monetario en plena ofensiva proteccionista de la Administración republicana.
Trump ha lanzado estos mensajes a través de Twitter y no es la primera vez que lo hace, como también ha intervenido Stephen Mnuchin, secretario del Tesoro, para detener el encarecimiento del dólar. Desde los mercados se entiende que, en esta ocasión, se da por terminada la política de una divisa fuerte que viene desde la época de Bill Clinton y también con no criticar con la tradición de no criticar las decisiones de la Fed, que anunció un progresivo aumento de los tipos de interés. El mandatario norteamericano confesó no estar “entusiasmado” con el camino abierto por la Reserva Federal.

Es una amenaza a la independencia de la Fed
Para algunos analistas, como Hussein Sayed, esto es “una amenaza a la independencia de la Fed, crucial para la confianza del mercado”. A su juicio, Jerome Powell, presidente del organismo regulador, “seguirá con la normalización monetaria, pero existe la posibilidad de que los tipos se incrementen de forma menos gradual si Trump sigue presionando a Powell”.
Cabe destacar que en esta semana, Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, BCE, dirigirá una reunión de política monetaria en la que poco se va a decir, ya que el 14 de junio se anunciaron los planes del BCE para dar por finalizado el estímulo cuantitativo a finales de 2018. En opinión de Sayed, el analista de FXTM, lo importante será ver “las apreciaciones que pueda hacer el italiano sobre la guerra comercial y cómo se defiende de las acusaciones de manipulación del mercado monetario”.

La economía estadounidense crece más que otras
El experto de FXTM cree que la razón por la que el dólar se está fortaleciendo es que “la economía de Estados Unidos está superando a la de otras naciones impulsada, precisamente, por la política fiscal y comercial de Trump, no porque el resto de países estén devaluando sus monedas”.
Sin embargo, es posible que estas maniobras sí se estén produciendo en China, donde el yuan se ha depreciado un 8% en menos de tres meses frente al billete verde. Según varias firmas de análisis económico, las autoridades del gigante asiático no están actuando de manera deliberada respecto a su moneda, pero el Banco Popular de China tampoco se siente incómodo con esta situación. Según Neil Wilson, experto de markets.com, “abaratar el yuan es una de las medidas con las que cuenta el Gobierno de Xi Jinping para combatir los gravámenes a las exportaciones”.
De igual modo opinan en HSBC, que entienden que la debilidad de la divisa china se debe a un cambio en las expectativas de mercado más que a una intervención de las autoridades monetarias. También en FXTM coinciden en que éstas tampoco están actuando para detener la caída de su moneda. Expertos de Danske Bank están de acuerdo con que “el banco central está feliz con la devaluación de su divisa y no tiene ninguna intención de intervenir para apuntalarla”.
No obstante, hace dos semanas, Yi Gang, gobernador del banco central chino, aseguró que se están monitorizando las fluctuaciones de divisas extranjeras para mantener el yuan firme y a un nivel de precio razonable y que están bajo control las salidas de fondos. Fuentes internas del organismo regulador señalan que se intervendrá solo en caso de una aguda y rápida depreciación de la moneda.

Todos los países quieren “importar inflación”
James Rickards, autor de Currency Wars, indica que “toda guerra comercial es, en esencia, una guerra de divisas”. Así, las naciones devalúan sus monedas para impulsar las exportaciones y hacerlas más competitivas. Gobiernos y bancos centrales, durante los años de baja inflación, buscan beneficiarse de este sistema al que, en principio, se puso límite gracias a un acuerdo entre las potencias del G20 en 2016, cuando se reclamó a los principales países que dejaran de utilizar este instrumento, responsable de generar inestabilidad económica mundial.
Rickards explica que lo que quieres no es país es, en última instancia, es importar inflación. Puesto que Estados Unidos tiene déficit comercial, “rebajando el dólar, las exportaciones serán más atractivas, lo que encarecerá los productos que compramos, y, así, la inflación se alimenta en la cadena de suministros en los Estados Unidos”. “La batalla por devaluar las divisas”, continúa el autor, “es, en realidad, un modelo de flexibilización económica”, por lo que “nada sugiere que la guerra de divisas vaya a acabar pronto”, de hecho “está más vigente hoy que nunca”.

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