El modelo de la fintech chinas es tremendamente poderoso y el Grupo Hormiga (Ant Group) es el mejor. Lo demuestra el hecho de que haya crecido hasta que hoy día se considera su cotización estimada es como la de JP Morgan, el banco más grande del mundo.
Las fintech son empresas que aplican las nuevas tecnologías a actividades financieras y de inversión. También los nuevos procesos, productos o modelos de negocios en la industria de los servicios financieros. Ponen a disposición del gran público servicios financieros complementarios vía internet.
Pues bien. El Grupo Hormiga, al igual que Alibaba, su ‘padre’, el gigante chino de la venta online, ha revolucionado el mundo de las finanzas. Se ha convertido en el mayor conglomerado empresarial de finanzas y comercio digital de China.
Ahora, quiere dar el salto a la Bolsa, lo que se interpreta como un intento de hacerse hueco en los mercados occidentales. Será la mayor salida a Bolsa de la historia.
Su plataforma, Alipay, tiene más de 1.000 millones de usuarios activos y un valor de mercado de aproximadamente 266.500 millones de euros.
Este entramado comenzó cuando Jack Ma, el fundador de Alibaba, se encontró con el problema de la falta de medios y garantías de pago. En China, muy pocos tenían acceso a tarjetas de crédito. Por tanto, los comerciantes recelaban de entregar a Ma sus productos sin previo pago.
Como solución, el fundador de Alibaba creo Alipay, un servicio de fideicomiso digital. Retenía el pago hasta que el producto adquirido llegaba al comprador y, entonces, lo entregaba al proveedor.
En ese tiempo, muchos pequeños ahorradores no tenían acceso a créditos ni a productos financieros. ¿Qué hizo entonces Ma? “Si los bancos no cambian, cambiaremos a los bancos”, dijo. Y así fue al cabo de los años.
Los bancos pagan comisiones al Grupo Hormiga
Sus servicios se diversificaron y a día de hoy vende millones de pequeños créditos a través de su plataforma. El Grupo Hormiga cobra a los prestatarios un interés menor que el de los bancos tradicionales, pero es de ellos de quien consigue el dinero. ¿Dónde está el secreto?
A los bancos tradicionales no le interesan los pequeños préstamos porque les resulta más caro investigar la solvencia de quien pide el crédito. Por tanto, no son un negocio rentable. Ahí es donde Ma vio el nicho de mercado.
Hormiga hace todo el papeleo, las investigaciones de solvencia y presenta los resultados a los bancos, que, además, le pagan por llevarles clientes. Y sobre todo, por los informes de solvencia y el perfil de riesgo.
De este modo, millones de usuarios piden pequeños préstamos a su plataforma y, lo que es más importante, obtiene información de ellos que la banca tradicional no podría obtener. Todo ello, gracias a la tecnología. Incluso, pudo, a partir de ahí, ofrecer seguros y productos de inversión a pequeños ahorradores.
Es más. Cualquiera puede, por una casi ridícula aportación, convertirse en inversor, con la garantía de recuperar su inversión con pulsar un solo botón en el smartphone. Tener información de esos millones de usuarios como saber quiénes son, dónde viven, cuánto ganan, cuánto deben y en que se gastan el dinero hace que Hormiga valga lo que vale.