Si se concretan los fichajes de Neymar y Lautaro –difícil- en el Barça, Griezmann tendría un pie fuera del conjunto catalán. No caben todos y la masa salarial sería insostenible. No caben todos porque, además, la línea de ataque estaría sobredimensionada.
Messi es indiscutible. Luis Suárez, casi también. Viendo la temporada que ha hecho, pese a la lesión, renovaría por un año más, ya en 2021, cuando acaba su contrato, si juega el 60% de los partidos.
Braithwaite acaba de llegar, además con un contrato largo. Su ficha no es problema y acepta su papel de suplente. Otra cosa es que él quiera seguir, porque no va a tener muchos minutos y quiere disputar la Eurocopa, pospuesta a 2021.
El caso de Ansu Fati es distinto, explican en Marca, porque si Neymar y Lautaro desembarcan en el Camp Nou, su progresión corre peligro. Tendría muy difícil jugar entre tantas estrellas. Una cesión podría ser una buena salida temporal.
Si hablamos de Dembélé, es otro que también tendría un pie fuera del Barça, si llegan los dos mencionados. La cuestión es quién lo compraría. Sus constantes lesiones son un lastre para ponerlo en el mercado. Visto lo visto, tampoco va a tener muchas ocasiones para demostrar que está completamente recuperado.
A esa complicación se une que las cláusulas del contrato obligan a que si se rescinde antes de su finalización, los variables pasan a ser fijos. Su fichaje se convertiría para el Barça en 145 millones.
Con todo y con eso, quien tiene más el pie fuera del equipo es Griezmann. Primero porque su rendimiento no está siendo el esperado. Segundo porque resultaría casi imposible compatibilizar las fichas de los dos refuerzos con la suya de 17 millones netos al año. Además, la competencia sería desmesurada y no parece que el francés esté dispuesto a chupar banquillo.