Graves enfrentamientos en Hong Kong

Graves enfrentamientos en Hong Kong

La oficina de la jefa del Gobierno de Hong Kong fue rodeada por centenares de jóvenes manifestantes vestidos de negro y con cascos y máscaras antigás. Esta acción forma parte de las protestas que se llevan produciendo en el centro de la antigua colonia británica en las últimas semanas. Esta es la decimotercera.

La policía actuó lanzando gases lacrimógenos y con un cañón de agua. Los manifestantes respondían lanzando cócteles molotov y ladrillos. Cada vez que conseguían devolver a las filas de la Policía alguno de los botes de gas, los aplausos se tornaban en gritos de entusiasmo.

Ayer se celebraba también el quinto aniversario en la presentación de una reforma del sistema electoral de Hong Kong que ya entonces provocó un rechazo frontal y desembocó en el conocido como el Movimiento de los Paraguas.

Las autoridades policiales habían prohibido la celebración de una manifestación multitudinaria en conmemoración de esa fecha y procedió a detener a nueve importantes activistas y legisladores de la oposición prodemócrata. Finalmente, la mayoría quedó en libertad bajo fianza a las pocas horas.

Desafiando la prohibición, un mar de color negro, el color de las camisetas a modo de uniforme de las protestas, cubrió el centro de Hong Kong. Los manifestantes, además, tiraron de imaginación. Varios grupos se reunieron en un céntrico estadio para rezar puesto que las concentraciones religiosas estáticas, no así las procesiones, no necesitan autorización previa.

Por otro lado, otros grupos se congregaron frente a la oficina de Carrie Lam, la jefa del gobierno autónomo, declarada católica practicante, para orar y que se le perdonen sus pecados. Otros grupos se reunieron para “ir de compras” masivas.

A pesar de la lluvia, decenas de miles de personas terminaron manifestándose por las principales calles del centro hongkonés sin que la policía hiciera el más mínimo gesto para impedirlo, salvo las advertencias públicas a través de comunicados.

Un hombre de 56 años animaba a los manifestantes desde la acera asegurando que “no me sumo a la marcha porque mis hijas tenía miedo por mí y me han pedido expresamente que no lo hiciera. He nacido aquí, en Hong Kong, era mi edad me planteo marcharme en cuanto me jubilé, en cuatro años. China quiere acabar con esta ciudad, que ya no podamos manifestarnos. Nos quiere callados y complacientes. Pero no lo van a conseguir. No tenemos miedo”.

El Frente de Derechos Humanos y Civiles, la asociación convocante de varias marchas pacíficas, fue quien ha convocó las acciones de protesta del pasado domingo en el que se produjeron graves altercados que desembocaron en la detención de varias personas relevantes del movimiento y la prohibición de las manifestaciones.

En concreto, uno de los detenidos es Joshua Wong, el líder estudiantil que encabezó las propuestas de hace cinco años y luego fundó el partido Demosisto. También ha sido detenida Agnes Chow, activista y compañero de filas de Wong. Ambos quedaron en libertad bajo fianza pero este tendrá que enfrentarse a cargos de incitación, organización y participación en una asamblea ilegal. Chow, de incitar y participar en ella.

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