Gran movilización en A Coruña contra el cierre de Alcoa

Gran movilización en A Coruña contra el cierre de Alcoa

El Comité de Empresa dice que las factorías son rentables y le “consta” que puede haber compradores.
La Policía Local de A Coruña calcula que alrededor de 6.000 personas se manifestaron ayer contra el cierre de Alcoa, multinacional del aluminio, y el ERE extintivo presentado que afectará tanto a esta ciudad como a Avilés, destruyéndose en torno a 700 empleos directos.

En la pancarta que encabezaba la marcha podía leerse ‘Estabilidad energética, futuro para la industria, ya’. Los manifestantes partieron de la Praza da Palloza en dirección a la Delegación del Gobierno, cortando la avenida de Linares Rivas. Entre sonidos de gaitas y petardos, y humo de bengalas se oían consignas como ‘Esto es la guerra, Alcoa no se cierra’, ‘Fuera yanquis, pandilla de mangantes’ y ‘Alcoa es gallega, Alcoa es asturiana’.

Junto a los trabajadores de Alcoa en A Coruña caminaron operarios de las plantas de Avilés y San Cibrao, en Cervo, Lugo, Xulio Ferreiro, alcalde de la ciudad, y representantes del PPdeG, En Marea, PSdeG, BNG y Podemos.

Juan Carlos López Corbacho, presidente del Comité de Empresa de Alcoa en A Coruña, ha fijado la “primera premisa” en la retirada del ERE de extinción, puesto que “no se puede imponer esta solución sin negociación”, atendiendo a que las plantas son productivas “más allá de lo que manipula Alcoa”.

Ha reclamado “voluntad política” para que se regule el mercado eléctrico y se reduzcan sus costes. Corbacho exigió la apertura de una mesa de diálogo para solucionar el conflicto y que posteriormente se regule el mercado eléctrico “para todos, no solo para Alcoa”.

“Aquí el culpable del ERE es la empresa”, ha dicho el presidente del comité. “Tiene que retirarlo, es la premisa uno, pero a partir de ahí hay que buscar soluciones. No está regulado el mercado eléctrico para nadie, los consumidores estamos hasta las narices, es una tomadura de pelo, y para los grandes intensivos se pasó de 3 millones al mes a 6 millones de euros al mes ahora, es un cachondeo”, denuncia.

También acusa a “la especulación de este país”, y recuerda que parte del sector era público y que la multinacional adquirió el grupo cuando tenía 11 centros de trabajo y ha ido reduciéndolos hasta los cuatro actuales. “Tras ir explotando al animal, quedamos cuatro centros y dos de ellos con ERE extintivo”. Si se mantiene el expediente, se cerrarían los centros de A Coruña y Avilés el próximo 1 de diciembre.

Los trabajadores sostienen que las dos factorías son “muy rentables”, pero que Alcoa “lo que quiere es el mercado de España, con metal fabricado en Arabia Saudí, Islandia, Kuwait o Noruega”. Desde 1998 a 2014, A Coruña y Avilés generaron “una riqueza de 1.490 millones de euros” que, en cambio, han sido invertidos en las plantas de estos países, según los datos aportados por los trabajadores.

Según indica Corbacho, les “consta” que podría haber posibles compradores después de demostrarse que el problema es que Alcoa “viene a explotar las instalaciones, saca rendimiento y después se va a otras localizaciones”, lamenta.

Si no se hubiera reducido la producción en 2012, la plantilla de Alcoa en A Coruña sería de 500 trabajadores, en vez de los 380 empleos directos con que cuenta ahora. La de Avilés tiene algo más de 300. En total, el cierre afecta a alrededor de 700 personas de modo directo. Pero el efecto se extendería a cerca de “1.000 familias”, calcula el presidente del comité, porque también afecta a talleres e industrias dependientes casi en exclusiva de esta factoría.

Sergio Sobrido, responsable de la planta asturiana, ha acusado a la empresa de mantener silencio y que con ella no haya comunicación. Ahora, dice, “no está jugando un órdago con la clase política, sino que tiene una decisión clara”. Por ese motivo también hay preocupación en la planta de San Cibrao, por la “progresión de Alcoa”.

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