España se encamina a un nuevo confinamiento vistas las cifras de contagios, que no cesan de crecer, igual que las hospitalizaciones y, lamentablemente, las muertes.
Mientras que otros países comienzan a adoptar medidas más contundentes para tratar de doblegar la curva, el Gobierno de Pedro Sánchez valora la posibilidad de decretar un estado de alarma que permita un nuevo confinamiento total.
Alemania, Austria, Bélgica, Francia, Grecia, Portugal y Reino Unido han decidido mantener a sus ciudadanos en sus casas y restringir ciertas actividades económicas y comerciales. Al menos, durante algunos periodos de tiempo o definitivamente mientras estén en vigor las restricciones. No cierran, en cambio, centros educativos y actividades esenciales.
Italia y España siguen en su estrategia de los cierres perimetrales y los toques de queda, pero no descartan pasar a otro estadio más duro. Hasta el momento, según los expertos, son medidas insuficientes, especialmente si se pretende un efecto inmediato. A medio o largo plazo podrían ser bastante, pero a corto plazo, no.
Así las cosas, el Ejecutivo ya elabora un borrador cara a aplicar un nuevo confinamiento domiciliario, pero con importantes diferencias respecto al encierro de primavera. El próximo fin de semana termina el plazo que se ha dado para constatar un extremo u otro: las medidas han sido eficaces o no lo han sido.
Todo apunta a que, a la vista de las cifras de contagios en las Comunidades Autónomas, como sucede en el resto de Europa, no funcionan.
Ante ese escenario, el nuevo estado de alarma sería más flexible, aunque no menos contundente. La principal diferencia residiría en que el Gobierno no ostentaría el mando único, sino que, como ahora, la competencia sería delegada en los presidentes autonómicos.
Las Comunidades podrían decidir un nuevo confinamiento
Los Ejecutivos regionales decidirían qué medidas aplicar y la dureza de las mismas. Ese nuevo estado de alarma daría cobertura legal para confinar en domicilios o restringir actividades económicas y comerciales, así como la duración de las medidas. Todo, siguiendo el modelo francés.
De igual modo, gestionarían los cierres perimetrales, las cuarentenas, los toques de queda y cualquier otra restricción de movilidad. Es lo que llevan demandando autonomías como Castilla y León o Cataluña. España no se puede permitir otro colapso del sistema sanitario.
El confinamiento total, mientras no haya vacuna ni cura, se antoja como la única opción demostradamente efectiva. Entretanto, muchos irresponsables se dedican a protestar –aunque tengan todo el derecho del mundo— y salen a las calles a provocar disturbios. Los últimos, en Madrid la madrugada del domingo, y más recientemente ayer en Logroño y Burgos.