En un acto de partido en Valladolid, Pedro Sánchez, jefe del Ejecutivo, advirtió de lo que supondría un gobierno de Feijóo con Vox en él.
Asimismo, ha acusado a la derecha de que, “cuando gobierna, es fuerte con los débiles y débil con los poderosos”.
En cambio, dijo, “los socialistas nos comprometemos con la gente y vamos a poner los recursos necesarios al servicio de la mayoría social de este país”.
Sin embargo, la derecha y la ultraderecha, por ejemplo, quiere recortar los derechos de las mujeres en Castilla y León.
“Quien quiera saber qué haría un hipotético gobierno de Feijóo con Abascal, no tiene nada más que ver qué está haciendo Mañueco y Vox aquí”, lanzó.
Así, en la presentación de los candidatos a las alcaldías de la comunidad autónoma, Sánchez ha defendido que el PSOE es un partido “imprescindible”.
“Hay dos alternativas el 28 M: o gobiernos de la gente en cada ayuntamiento del país o gobiernos que sirven a los intereses minoritarios y que a la mayoría social, cuando vienen mal dadas, lo único que ofrecen es el sálvese quien pueda de la crisis financiera”, ha asegurado el también secretario general de los socialistas.
Respecto a los derechos de las mujeres, se preguntó por qué la derecha y la ultraderecha “tienen esta idea de perpetuar la desigualdad de género”.
“¡Qué obsesión de la derecha y la ultraderecha con las mujeres””, exclamó.
“No lo vamos a permitir. Vamos a defender los derechos de las mujeres y vamos a continuar con nuestra agenda socioeconómica para mejorar sus condiciones”, aseguró.
Lo harán “subiendo el SMI, revalorizando las pensiones y con una reforma laboral que reduce la precariedad precisamente de las trabajadoras de este país”.
En todo caso, Sánchez admitió que espera “poco de la derecha y la ultraderecha”. No obstante, dijo, “esta semana tienen la oportunidad de demostrar si están con la clase media y trabajadora”.
“Aunque sea por una sola vez voten sí al decreto de Ucrania que defiende a la clase media y trabajadora”, ha reclamado.
“Voten sí a la reducción del IVA de los alimentos”, ha pedido a la derecha. E insistió: “voten sí a la gratuidad del transporte público, a la subida del IMV y a las medidas en beneficio de la mayoría social”.
En realidad son los mismos y solo se diferencian en la intensidad. La ultraderecha fascista había vivido en el seno de la derecha populista, hasta que la crisis económica creo el marco de fracaso de la hegemonía neoliberal de una globalización que rompió la cuerda de la expropiación desplazando a los países emergentes más baratos, el beneficio de las mercancías que vende en los desarrollados. Un fracaso que hay que esconder el la confrontación y el griterío del “patrioterismo” sobre-simbolizado que se olvida del de patriotismo y la convivencia. El franquismo del que vienen; que no es más que la explosión golpista, (esta sí, y duró cuarenta años); no era más que la rebelión militar del mundo reaccionario que, empujados por el avance europeo y la evolución social, les obligo a reprimir su dogmatismo en la entrada en Europa; hasta que el momento oportuno para una doctrina conservada entre bastidores, sottovoce, apareció con la fractura del neoliberalismo –populismo en general y Vox en particular- que se resiste más en España que en el mundo, dado su tradicionalismo caciquil, del que cultura tan retrograda no se han podido desprender en tanto tiempo.
Hay que ver al personaje que encarna el tal García-Gallardo, que parece haber recibido el nombre a propósito del lugar en el que está, hablar de golpismo, traiciones a España, y proyecto para los españoles, cuando lo que están representando el retorno al pasado y la fosilización de la cultura y de la vida social.