La mala evolución de la epidemia de coronavirus ha llevado a la Xunta de Galicia a cerrar perimetralmente todas sus ciudades. Asimismo, se restringen las reuniones a únicamente personas convivientes en esos municipios que ahora se cierran.
En concreto, el cierre perimetral de las ciudades en Galicia afecta a: Ames, Arteixo, A Coruña, Fene, Ferrol, Lugo, Marín, Narón, Neda, Poio, Pontevedra, Santiago, Teo, Vigo y Vimianzo. Se unen, así, a Ourense, donde ya existían las mismas restricciones que ahora se aplican a estas poblaciones.
La Xunta de Galicia había decidido no cerrar la Comunidad, como tampoco lo han hecho Extremadura, Baleares y Canarias. El resto de Autonomías y ciudades autónomas han decidido el aislamiento perimetral de sus territorios.
Lo harán al menos por una semana, como establece el Real Decreto del estado de alarma. Todas menos la Comunidad de Madrid, que lo hará sólo los días festivos de este puente que se inició ayer y del que viene.
Isabel Díaz Ayuso, la presidente madrileña, se empeñó tozudamente en volver a enfrentarse al Gobierno central y planteó rebelarse para salvar la economía. Finalmente, el Ejecutivo de Sánchez ha decidido no entrar al trapo de la polémica y no se opondrá.
Es más. Llevará al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud esta posibilidad de cierre por días que quiere imponer a todas las regiones la presidente madrileña. Este Consejo decidirá por consenso si lo aprueba o no.
En cualquiera de los casos, poco importa que se llegue a acuerdo alguno puesto que Ayuso ya ha roto pactos a las pocas horas de sellarlos. Hay quien duda si será un cyborg. Habrá que preguntarse si en el futuro alguien se fiará de semejante despropósito de gobernante. ¿Quién puede querer pactar con ella y con su partido?
Incumple los pactos porque no está de acuerdo con ellos, aunque antes haya dicho que sí. Da igual. Cual veleta, hará lo que le venga en gana. Benditas elecciones anticipadas o moción de censura. Pero, claro, Ciudadanos deshoja la margarita.