Era de esperar que este lunes en Madrid se produjeran fuertes atascos en las entradas a la capital tras la aplicación de las nuevas restricciones para frenar la ola de contagios de coronavirus.
Sin ampliación de frecuencias en los transportes públicos, los madrileños que viven en las afueras de Madrid se ven forzados a utilizar el vehículo privado. Si no se refuerzan el Metro, los autobuses y las Cercanías los atascos están garantizados.
Es algo que depende directamente del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, que controla el Consorcio Regional de Transportes de la Comunidad madrileña. Sin embargo, su incompetencia, incapacidad e inconsistencia le impiden ver una realidad cristalina que apunta a una necesidad total de recursos.
Así, las fuertes retenciones de por sí por el aumento del flujo de vehículos particulares se le añaden los controles policiales de la movilidad. Será algo que se repetirá a diario durante al menos los primeros 14 días que dure la situación si no mejora sanitariamente.
Aunque ya se ha normalizó el tráfico, los principales atascos se produjeron, tomen nota, en el sur y el este de la capital. En especial en la M-30 desde Alcalá hasta la Avenida de la Paz. Persistieron más allá de las 10:00 horas en la incorporación de esta última hasta el nudo de la M-45.
Asimismo, tráfico muy lento en la Avenida del Manzanares en su incorporación, otra vez, a la Avenida de la Paz. Igualmente, se registraron grandes retenciones en la M-23 desde la M-30 hacia el nudo de la R-3, así como en la A-3 desde la M-30 en su confluencia con la M-40.
En las primeras horas de la mañana, hubo tráfico moderado, aunque denso, en la M-40 entre la A-42 y la A-4.
Por otro lado, en la A-6, se produjeron importantes atascos entre Las Rozas y El Plantío, así como, en el noreste, en Las Tablas, en la A-1 en su confluencia con la M-11.
Para terminar, en el casco de la ciudad de Madrid, las mayores retenciones se vieron en la calle Alcalá hasta llegar al Retiro. En Avenida del Mediterráneo en las inmediaciones de Conde de Casal. También justo en la incorporación a la M-30 cerca de los jardines Sabatini y en las cercanía de la Ronda de Atocha.
Este es el dibujo de la situación que día tras día se repetirá durante estas semanas si el Gobierno regional no pone remedio al transporte público de Madrid.