Este martes, Finlandia se convierte en el 31º aliado de la OTAN, apenas diez meses después de anunciar su solicitud de ingreso en la Alianza.
Rompe, de ese modo, su tradicional neutralidad, precisamente, entre Rusia y el bloque occidental y en plena guerra de Ucrania.
Cabe recordar que el país nórdico comparte 1.300 kilómetros de frontera con territorio ruso, la más larga de entre los países europeos.
Una circunstancia por la que más del 80% de los finlandeses han visto bien la adhesión de Finlandia a la OTAN y centro de las recientes elecciones legislativas.
En todo caso, el país nórdico ya es miembro de pleno derecho de la Alianza una vez que Turquía ha ratificado el protocolo de adhesión.
Un documento que se deposita ante el Departamento de Estado estadounidense en Washington.
Así lo ha confirmado Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN en una rueda de prensa anterior a la reunión de los ministros de Exteriores de la Alianza.
En dicho encuentro se formaliza el ingreso de Finlandia con una ceremonia en los cuarteles generales de la Alianza en Bruselas.
Un acto al que asiste Sauli Ninisto, presidente finlandés, y en el que se iza la bandera del país nórdico. En la reunión de ministros de Exteriores, Pekka Haavisto, ministro del ramo en funciones, ya se sentará como miembro de pleno derecho del bloque militar.
“Será un buen día para la seguridad de Finlandia, para la seguridad nórdica y para la OTAN en su conjunto”, ha celebrado Stoltenberg.
Además, ha puesto en valor que el país nórdico aportará a la Alianza “sustanciales” fuerzas militares “bien entrenadas y equipadas”.
Asimismo, el jefe político de la OTAN ha destacado que Rusia invadió Ucrania para hacer retroceder las fronteras de la Alianza con ese país.
En cambio, ha conseguido justo lo contrario puesto que ahora duplica los kilómetros de frontera del territorio aliado con el ruso.
Ahora, sólo queda la ratificación de la solicitud de ingreso de Suecia, aún pendiente de Ankara.