Fernández-Lasquetty y Miguel Ángel Rodríguez son los que presiden la Comunidad de Madrid

Fernández-Lasquetty y Miguel Ángel Rodríguez son los que presiden la Comunidad de Madrid

Fernández-Lasquetty es, como consejero de Hacienda, quien toma las decisiones. Isabel Díaz Ayuso es una mera distracción que despista la atención gracias a la siempre acertada -e histriónica-, mano de Miguel Ángel Rodríguez.

O lo que es lo mismo: Esperanza Aguirre no ha dejado de presidir el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid. La conformación política regional tras el pacto VOX-C’s-PP tuvo una inteligencia que ha pasado desapercibida a los más finos analistas: Lasquetty.

El Partido Popular -cabeza visible de los poderes económicos más conspicuos de la región-, no podía perder un negocio que les había convertido en el foco de mayor influencia y corrupción de Europa. Había que conformar un gobierno en la sombra y una presidente de paja. Sin embargo, se les fue la mano.

Presentaron como candidata a la Comunidad de Madrid a la parlamentaria más floja, frívola y desinhibida de todo el PP de Madrid. “Necesitábamos” -dice una de sus viejas glorias-”, alguien que diera imagen de renovación, tuviera un discurso que compitiera con VOX y luego se dejara gobernar sin pintar nada”. And the winner is… ¡Isabel Díaz-Ayuso!

Demasiado floja: ¡el PSOE ganó las elecciones! Sin embargo, todo tiene remedio. Rápidamente se pusieron en marcha los mecanismos de alianzas. Muchos vieron en la coalición entre el partido ganador, el PSOE, Ciudadanos, Más Madrid y Podemos, la gran oportunidad de regenerar Madrid.

Pero la formación naranja ya no estaba por la regeneración y los líderes del PP -Aguirre y Casado-, mucho más perspicaces y listos que los dirigentes socialistas madrileños, les robaron de nuevo la cartera. El acuerdo entonces entre VOX, PP y Ciudadanos no se hizo esperar.

Lasquetty gobierna en la sombra

Pero, volvamos al asunto. Se trataba de colocar como verdadero presidente de la región a una persona de muchísima confianza que hiciera la labor de devolver a las empresas el pastel. Ése no era otro que Javier Fernández-Lasquetty. Una persona de total confianza de la sociedad Aguirre-Aznar.

Su curriculum lo delata: había sido Fernández-Lasquetty, pues, jefe de gabinete de Aguirre, tanto en el Ministerio de Educación -donde ya intentó hacer de las suyas-, como en el Senado. A más, a más… Fue nombrado secretario general de la ultraconservadora FAES.

Aguirre lo nombró entonces consejero de Sanidad del gobierno regional y la mayor y más obscena privatización del sistema público de salud no se hizo esperar. Creó el área única para lograrlo, desvió fondos vergonzosamente a la sanidad privada…

Una campaña del PSOE de Madrid de entonces, dirigido por Tomás Gómez, ganó en los tribunales la paralización del proceso de privatización. También, una intensa actividad parlamentaria de los entonces diputados Maru Menéndez, Antonio Miguel Carmona, José Manuel Freire y el propio Tomás Gómez.

Las calles se llenaron de una Marea Blanca que recorría de continuo las calles de la capital. Una de las veces estuvo a punto de entrar en el salón de plenos de la Asamblea de Madrid. El asunto se volvió turbio para los ciudadanos y peligroso para los intereses del Partido Popular.

Demasiado ruido. Había que dar un paso atrás para cuando pasara el temporal. Ignacio González anunció la paralización de la privatización de la sanidad pública madrileña y la dimisión de Lasquetty.

Lo que no esperaban era la llegada de Cristina Cifuentes, promovida por Mariano Rajoy, quien ya estaba preocupado por la corrupción de la Comunidad de Madrid, pero incapaz de mandar pararla y ahogaba sus penas leyendo el Marca.

Cifuentes intentó acabar con la corrupción

Cifuentes quiso acabar con el negocio, todo sea dicho. Por ejemplo, Aguirre había cerrado los quirófanos por la tarde para colapsar las operaciones en la sanidad pública y derivarla a la privada donde estaban esperando sus amiguetes.

Cuando llegó Cifuentes, conscientes de esta jugada corrupta, abrió los quirófanos por la tarde. Sobraba Cifuentes, eso era evidente, y el fuego amigo, ¡ay!, se la llevó por delante, con una bala que llevaban guardando desde hacía mucho tiempo. Liquidada Cristina, volvía a estar el paisaje despejado.

Miguel Ángel Rodríguez es ahora capaz de montar una campaña en contra o a favor, según se saca una carta de la manga. Para que pudiera gobernar Lasquetty en silencio y sin que nadie moleste ‘al genio financiero’ de FAES, necesitaba el trío calavera, Casado-Aguirre-Aznar.

Alguien que moviera los brazos de la presidente Ayuso. Y ese no era otro que Miguel Ángel Rodríguez. Capaz de haber hecho a José María Aznar presidente del Gobierno de España. El mismo Rodríguez que se inventó la portada de El Mundo con una Ayuso prácticamente de Murillo.

Ese Rodríguez torero que lleva a la izquierda por el redil -ora por aquí, ora por allá-, ahora a hablar de las fotos virginales de la presidente, ahora a debatir sobre el apartamento de Sarasola, ahora a decir que tiene un novio peluquero, ahora a mentir contra el Gobierno de la Nación. Y Lasquetty tejiendo.

Impulsa la liberalización del suelo

Mientras, “el fénix de los incendios”, Javier Fernández-Lasquetty, gobierna. Y lo hace con mano certera. Ha impulsado en otra consejería la liberalización del suelo hace escasos días, el mejor mecanismo para dar de nuevo paso a la privatización y a la especulación. Ha reiniciado el proceso de seguir privatizando la sanidad pública, deteriorando la educación pública y sustituyendo los servicios sociales por caridad.

Todo por el negocio. Que es de lo que se trataba. Fernández-Lasquetty presidente. Miguel Ángel Rodríguez, portavoz. Y Ayuso que pasaba por allí.

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