El 98,5% de los votos en el XX Congreso Extraordinario que el PP celebra en Sevilla avalaron a Alberto Núñez Feijóo como su nuevo presidente.
Arranca una nueva etapa después de la peor crisis interna que han sufrido los populares y que han acabado con Pablo Casado. El máximo responsable saliente del anunció este viernes que deja su escaño y sus cargos orgánicos en el partido.
Tras conocerse los resultados de la votación, Feijóo se dirigió a los asistentes en su primer discurso como líder del partido.
“Gracias por elegirme presidente del PP pero esta elección solo es el principio”, fueron sus primeras palabras. “Lo importante de verdad ahora es seguir juntos para que los españoles nos elijan para gobernar su futuro. Gracias a todos de corazón”, prosiguió.
A renglón seguido, tuvo una mención especial hacia la dirección saliente y a su “amigo” Casado.
Así, el barón gallego ha recibido 2.619 votos de los 2.663 sufragios válidos, tras siete nulos y 44 votos en blanco. Se emitieron 2.670 de los 3.111 compromisarios con derecho a voto.
Ahora, Feijóo cojera riendas del partido con el desafío por delante de convertirse en alternativa a Pedro Sánchez. Asimismo, para frenar el auge de Vox frente a un nuevo ciclo electoral que arranca este año con las elecciones andaluzas.
Feijóo tendrá que retratarse
De hecho, su bautismo como jefe de la oposición se producirá en la votación del real decreto ley de medidas para hacer frente a la escalada de precios. Su primera decisión política será decidir el sentido del voto del Grupo Popular.
Por ahora, el flamante presidente popular ha advertido a Sánchez que tiene que “rectificar, modificar o enmendar” el plan. De no ser así, estará “invitando” a los suyos a no apoyar el real decreto ley.
Y es que, entre otras cuestiones, acusa al jefe del Ejecutivo de haberse saltado su compromiso, en la Conferencia de Presidentes de La Palma, de bajar los impuestos.
Por otra parte, una de las incógnitas de nuevo liderazgo de Feijóo es cómo será la interlocución entre Sánchez y él. En el aire, sí habrá margen para alcanzar pactos de Estado.
No sucedió con Casado, excepto la renovación del Tribunal Constitucional, el Defensor del Pueblo y el Tribunal de Cuentas.
La ‘patata ardiendo’ de Vox…
Asimismo, otro asunto caliente es la relación con Vox y la investidura de Alfonso Fernández Mañueco, presidente de Castilla y León.
La apuesta de Feijóo es construir un “espacio de centralidad” alrededor del Partido Popular. Con ello pretende lograr un “cambio democrático” y recuperar votantes de la formación de Santiago Abascal que antes votaban al PP.
Ahí se presentará otra prueba de fuego ante la investidura de Mañueco. El nuevo líder de los populares deberá decidir si asiste a la toma de posesión, donde coincidirán con Abascal.
…y de los congresos regionales
Además, otra patata caliente en la convocatoria del resto de congresos regionales pendientes, entre ellos el de Madrid. En él, lo previsible es que Isabel Díaz Ayuso será elegida como líder del PP madrileño.
Asimismo, le corresponderá a él prepara el nuevo ciclo electoral que arrancará con las elecciones andaluzas este año. Juanma Moreno, presidente andaluz, confía en revalidar su Gobierno, pero su nuevo socio podría ser Vox.
Por otra parte, también en clave interna, el nuevo líder de la formación conservadora deberá organizar su sucesión en la Xunta de Galicia.
La sucesión en Galicia
Como ya dijo hace unos días, “a partir de la primera semana abril” empezado a “concretar” qué fórmula elegirá para ceder el mando gallego.
Entre los nombres que suenan para sucederlo figura el de Alfonso Rueda, vicepresidente primero. Asimismo, ya ha dimitido como presidente del PP de Galicia porque los estatutos del partido no permiten compaginar el liderazgo nacional con el regional.
Por último, se da por hecho que Feijóo ocupará un escaño en el Senado por designación autonómica. No obstante, fuentes del equipo del líder popular indican que no se ha decidido todavía.
Así, un acta en la Cámara Alta posibilitaría el debate con Sánchez una vez al mes, en las sesiones de control. Además, se convertiría en presidente del Grupo Popular, lo que garantizaría su aforamiento.