“Facebook como argumento de una película”, por Justo Sotelo.

Justo Sotelo.
“Facebook como argumento de una película”, por Justo Sotelo.
“Facebook como argumento de una película”, por Justo Sotelo.

Vi la película el viernes pasado, el día de su estreno en los cines Renoir de la Plaza de España de Madrid (una ciudad que parecía británica), basada en la novela “Celle que vous croyez” (Éditons Gallimard, 2016), de la escritora francesa Camille Laurens (1957), llena de primeros planos de una bellísima Juliette Binoche. Esta actriz ya tiene 55 años, pero la veo más hermosa y más mujer ahora que cuando nos deslumbró de joven con “La insoportable levedad del ser”. “Los amantes del Pont-Neuf”, “Azul” y “El paciente inglés”.

La película.
Muchas personas que utilizan las redes sociales como medio para conocer a otras personas con fines sentimentales es porque tienen dificultades en la vida real para comunicarse. Es posible que se inventen otro yo, falseen sus datos reales para parecer más atractivas y ser divertidas, cultas y guapas. Juliette Binoche interpreta a una profesora divorciada, de más de 50 años, que empieza a verse mayor y tiene dos hijos adolescentes en régimen de custodia compartida. Su marido la abandonó por una chica de 20 años y ella se inventa en Facebook a otra chica de 20 (ya son Claire y Clara) con la que seduce a un joven fotógrafo al que ha abandonado su novia. La película dedica la primera parte a chatear por Messenger y, cuando parece que va a desarrollarse de forma previsible, da un giro y empieza de nuevo. Como ella da clase de literatura en la Universidad, lo que ha explicado a sus alumnos adquiere otro valor. Tienen sentido las alusiones a Choderlos de Laclos y “Las amistades peligrosas” (con la comparación de las redes sociales y las cartas tradicionales), la literatura de Borges y sus mundos ficticios, algunas obras de Pirandello y Marivaux (“Las falsas confidencias”) y películas como “Rashomon”, de Kurosawa y “Vértigo”, de Hitchcock.

En Facebook, dice Claire, “no estaba viviendo otra vida, sino la mía”. “Allí va en busca de una identidad. Facebook le da la posibilidad de ser ella tras la herida del abandono. Volverá a aprender lo que es el deseo, pero, al mismo tiempo, está viviendo en una ilusión”, añade Binoche. La película a partir de ese instante ya es un ejercicio claro de metaficción, la realidad y lo virtual se mezclan por completo y pueden existir todos los desarrollos y finales que quiera el director o el propio espectador.

Y ahora de lo que realmente quería hablar.

En la fila de las entradas estaba una señora cercana a los 90 años con su cuidadora. Sacó dos entradas y pagó incluso con tarjeta. Cuando me llegó el turno pregunté a la taquillera si esta señora venía siempre a los Renoir y me dijo que lo hacía dos veces por semana, como lo llevaba haciendo los últimos treintaitantos años, al menos que ella supiera. La señora se perdió por el pasillo de la fotografía, apoyándose en su bastón y en su cuidadora, camino de la sala.

Y entonces comprendí que esa mujer era el cine.

2 thoughts on ““Facebook como argumento de una película”, por Justo Sotelo.”

  1. Leo detenidamente tu crítica cinematográfica y me parece excelente ya que exploras nuevos mundos narrativos y cinematográficos en una de las últimas películas francesas actuales. Tu argumentación toca la realidad humana ante situaciones de soledad, el individualismo y el aislamiento. Una crítica metaliteraria y metafictiva enclavada en la posmodernidad que traduce la realidad subjetiva de la protagonista en referente cultural del lenguaje.

    Facebook se convierte en un protagonista enmascararado en la bella Juliette Binoche y en ejemplo de la sociedad posmoderna del siglo XXI. La soledad del individuo produce en el ser humano una búsqueda del otro a través de la Red. En tu artículo mencionas los mundos ficticios, la literatura de Borges, la metaliteratura, la metaficcion, la realidad la realidad virtual, y la realidad física, etc. Eres el creador, el crítico, el fotógrafo y en este caso te ausentas del espacio fotográfico poniendo en tu caso, una foto con un pasillo solitario y vacío de acceso a las salas de cine con el anuncio de la película en cartelera. Permaneces detrás de la cámara y te ausentas a la vez, eres creador y espectador de una trama que por intertextualidad contiene referencias literarias, cinematográficas y cibernéticas.

    Deconstruyes el lenguaje de Binoche y te sitúas detrás de ella para convertirla en una realidad creíble de nuestro siglo donde Facebook juega un papel importante en las relaciones humanas.

    Y al final, comprendes que la esperanza de vida aumenta por tanto, una persona de 90 años puede ir al cine de forma habitual, ver una película en versión original y llegar a identificarse metafóricamente con el séptimo arte de nuestro siglo. De 🔟 Justo Sotelo y enhorabuena por esa potente fuerza narrativa con las que vuelves a escribir en el Diario Progresista. Un beso

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