Euforia en el madridismo. Y no es para menos. El Real Madrid ha logrado alzarse con el Campeonato de La Liga. Una competición que pasará a la historia por la extraña circunstancia de un coronavirus que confinó a la población durante tres meses.
Una Liga llena de sorpresas. Los últimos partidos acelerados, jugando los equipos cada tres días para amortizar el parón del confinamiento. Los jugadores concentrados en una recta final inédita. Tres meses confinados en los que los deportistas han tratado de no perder la forma.
Pero aún más raro, un Barça capaz de empeorar semana tras semana. Setién con un pie fuera, Messi haciendo más declaraciones que nunca. Piqué concentrado en las redes sociales y en hacer titulares. Griezmann un fracaso. ¿Qué más se puede pedir? Euforia.
Un Real Madrid sin Cristiano que ha resucitado a Benzema. De repente Karim, con más de treinta años, se ha revelado como el mejor jugador de Europa esta temporada. Cuestionado todos estos años, su papel ha sido fundamental. Veinte goles que son lo de menos, sino una excelente forma de abrir paso al equipo en la penúltima y en la última línea.
Mientras Bale se troncha de risa, Courtois, el mejor portero del mundo seguido por Oblak, se frota las manos con un título más en su corazón. Van tomando poso Rodrygo y Vinicius, uno a cada lado. Isco se sacude las críticas. Y Sergio Ramos quiere seguir.
El Real Madrid es ya campeón de La Liga en una temporada tan extraña como particular. Pero campeones al fin y al cabo. Euforia.