Nunca antes se había declarado el estado de emergencia en Japón, pero el incremento de casos y muertes provocadas por el coronavirus obligó a ello. Así lo ha hecho Shinzo Abe, primer ministro japonés, dado el alarmante estado de la situación especialmente en Tokio y Osaka.
Con este estado de emergencia, las autoridades locales ostentarán más poder para imponer las medidas que consideren oportunas. Es el caso de cierre de colegios y espacios públicos o decretar cuarentenas. Con todo, Abe ha reiterado que los expertos no recomiendan el confinamiento completo.
No obstante, el estado de emergencia afecta a sólo siete de las 47 prefecturas en que está organizado territorialmente Japón. Entre ellas, Tokio y Osaka. La duración de esta excepcional medida será inicialmente de un mes. A lo largo de ese periodo, se pedirá la “cooperación de todos los ciudadanos para minimizar los contactos entre personas”.
Hoy, Abe terminará de definir los detalles después de la reunión que mantendrá con los expertos. Sí aclaró que el transporte seguirá funcionando. Asimismo, el Gobierno japonés tratará en todo momento de proteger las actividades económicas y sociales.
Yuriko Koike, gobernadora de Tokio, y la Asociación Médica de Japón llevaban unos días pidiendo la declaración del estado de emergencia. El repunte en el número de casos preocupa a las autoridades niponas.
El estado de emergencia se justifica por el repunte de casos
Tokio registró el pasado domingo 143 nuevos casos, la mayor cifra desde que se inició la epidemia. Los contagios en la ciudad se elevan, así, a 1.033, del total de 4.563 positivos y 104 muertes. Los 700 casos del crucero Diamond Princess se contabilizan en ese total.
Según explican las autoridades sanitarias de Japón, este repunte de casos puede ser a causa de la llegada de personas contagiadas a territorio japonés. En consecuencia, el Gobierno nipón ha cerrado las fronteras a aquellos extranjeros que vengan o hayan estado recientemente en algún país de una lista de 73.
Nunca antes se había decretado el estado de emergencia en Japón. Después de revisar una ley promulgada en 2009, el Parlamento japonés –La Dieta- aprobó en marzo ampliar la capacidad del primer ministro para adoptar esta medida. Esa norma ahora revisada se promulgó para afrontar la epidemia de gripe porcina.
De hecho, la petición de Abe de que se cerraran colegios, espacios públicos o se cancelasen grandes eventos deportivos se emitió sin cobertura legal.