Hasta dos kilos de uvas nos comimos los españoles esta noche para despedir el año mientras escuchábamos las doce campanadas, una por cada una.
Con todo, esta Nochevieja fue distinta a causa del coronavirus y las restricciones. No hubo gente en las tradicionales Campanadas desde la Puerta del Sol de Madrid, como se había anunciado que así sería. Ni en plazas mayores, ayuntamientos o cualquier lugar donde fuera tradición el teñir de las campanas.
No obstante, la tradición de comer uvas en toda España se mantuvo firme. Tal es así que el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Uva del Vinalopó calcula que se habrán consumido esos dos kilos de uvas.
Lo pueden calcular porque gran parte de esa fruta se produce en el Valle de Vinalopó, en Alicante. Dos de cada tres uvas que se han consumido en Nochevieja proceden de esta tierra. De hecho, en toda la campaña navideña se han vendido nada y nada menos que 54 millones de uvas.
Lo confirma Beatriz Rocamora, directora del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Uva del Vinalopó. Pese a la sequía, el tiempo ha sido propicio, con lo que “la campaña ha ido bien”, comenta satisfecha.
No en vano, comer las uvas de la suerte es la costumbre más tradicional que tenemos en España para despedir y recibir el año. Son las 12 uvas que nos tomamos con cada campanada cuando dan las 12 de la noche y entramos en un nuevo año. Además, solemos acompañarlo brindando con cava o champán, tradición que tampoco se queda atrás.
El tipo de uva que más se consume en estas fiestas es el de Aledo. Es una fruta tardía cultivada con un bolso de papel, con lo que se produce una maduración también más tardía. Además, comer uvas siempre es sano. Feliz 2021.