Esquerra Republicana, en fuera de juego

Esquerra Republicana, en fuera de juego

Quim Torra, presidente de la Generalitat, ha perdido toda la confianza en Esquerra Republicana. La Mesa del Parlament, con Roger Torrent (ERC) a la cabeza, decidió este lunes desposeer al president de su acta de diputado. Cumplía con la orden dictada por la Junta Electoral y en cumplimiento del fallo del Tribunal Supremo en ese sentido.

“La legislatura ya no tiene más recorrido”, dijo Torra ayer en una declaración institucional. Se constata que “llega su fin”. De ahí que, una vez que se hayan aprobado los presupuestos, convocará elecciones en Cataluña.

“El lunes se permitió que un órgano incompetente me dejara sin el acta de diputado”, señaló en referencia a la Junta Electoral. “Ahora es la hora de la máxima responsabilidad y hay que poner el país por encima de cualquier interés partidista. El país necesita que aprobemos unos presupuestos que deben resolver muchas necesidades sociales. Deben recorrer su camino”, afirmó.

En su ya habitual mensaje victimista, recurrió a su particular concepto de represión que está sufriendo el independentismo catalán. “No es la primera vez que nos encontramos con la voluntad de esquivar la represión. Estoy convencido que la represión se combate sin doblegarse”, indicó.

A continuación cargó de nuevo contra Esquerra Republicana, su socio de gobierno. “El Govern no puede funcionar sin unidad y estrategia compartida y lealtad entre sus socios. Se ha desprotegido la institución de la presidencia desnudándola de su condición de diputado. Y esto pone en riesgo de manera permanente al Govern de Catalunya”, explicó.

El lunes Esquerra Republicana apoyó retirar el acta a Torra

No es la primera vez que Torra y JxCat tienen desencuentros con Esquerra Republicana. El último, cuando Torrent impidió que se votara un escrito propuesto por la formación neoconvergente después de retirar el acta de diputado al president. El objetivo del escrito de JxCat era aprobar desobedecer la resolución de la Junta Electoral de Barcelona.

En su declaración institucional, el jefe del Ejecutivo catalán hizo un llamamiento al independentismo para “recuperar la unidad”. Aquella, dijo, que llevó a celebrar el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017. “Es imprescindible volver a dar la palabra a la ciudadanía para renovar el mandato político del 21 de diciembre de 2017”, exhortó.

Esas elecciones, convocadas al poco de aplicarse el artículo 155 de la Constitución en Cataluña y cesado el Govern, no las ganó el independentismo. Las ganó Ciudadanos, pero no se atrevió a intentar formar Gobierno.

En cambio, la unión de JxCat y ERC (33 y 32 diputados, respectivamente) sí consiguió reunir los votos suficientes para formar un Govern. Entonces se dijo que sería un Ejecutivo de consenso y a ello apeló ayer el president. En otro ataque a sus todavía socios, acusó a ERC de haber “hecho añicos” la unidad por “decisiones no consensuadas y ni tan sólo informadas”.

Fuentes del entorno del presidente de la Mesa del Parlament niegan que no se informara a Torra de la decisión que se iba a tomar –retirarle el acta-. Sostienen que se le comunicó de inmediato.

A tal punto llega la mutua desconfianza entre posconvergentes y Esquerra, que a Pere Aragonès (ERC), vicepresidente de la Generalitat, le ha pillado en fuera de juego. No supo del contenido de la declaración institucional hasta pocos minutos antes de la comparecencia del president.

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