España, sin pactos de Estado, ante el bloqueo institucional

España, sin pactos de Estado, ante el bloqueo institucional

Lamentablemente, el bloqueo institucional está garantizado y ni qué decir la imposibilidad de que se alcancen pactos de Estado en España. Los principales responsables de ello son los dos partidos dominantes de izquierda y derecha. Léase, PSOE y PP.

En ello coinciden veteranos de ambas formaciones que ven cristalina la causa de tanto desacuerdo e imposibilidad de alcanzar pactos de Estado. No menos, de renovar los órganos constitucionales ‘caducados’.

Desde el PP acusan al PSOE y, en consecuencia, al Gobierno de inflexibilidad y de actuar de forma que no se pueden fiar de ellos. Desde las filas socialistas reprochan a los populares una absoluta falta de voluntad.

Lo cierto es que ambas formaciones temen las consecuencias de llegar a un acuerdo para la renovación, por ejemplo, del Consejo General del Poder Judicial.

Unas consecuencias que vienen por las partes externas de sus corrientes. Es decir, Podemos por la izquierda y Vox por la derecha.

Los pactos de Estado no dan votos

Así las cosas, PSOE y PP, PP y PSOE, son impotentes a la hora de dar un paso al frente y zanjar una situación tan anómala como antidemocrática. Hay quienes piensan que si no existieran Podemos, Ciudadanos ni Vox, el pacto sobre el Poder Judicial habría salido hace tiempo.

Sin embargo, tampoco piensan que la causa de tal situación e inmovilismo se encuentre en la desaparición del centro político. Mientras Vox tira de los populares por la derecha, Podemos tira de los socialistas por la izquierda, concluyen.

De ese modo, admiten en ambos partidos, se entra en un bucle del que difícilmente se puede salir. Además, ambos piensan que no se saca rédito electoral a la capacidad de alcanzar acuerdos con el contrario, por lo que el incentivo es cero.

Por tanto, el PSOE se mantiene en la idea de que el PP valide un acuerdo con ellos y con Podemos, como es lógico. Al otro lado, los populares pretenden que los socialistas firmen un pacto incontestable por parte de Vox y Ciudadanos.

La ministra de Justicia ni siquiera ha intentado retomar contactos

A tal punto se ha llegado en el desinterés e incapacidad para alcanzar pactos de Estado entre ambas formaciones que Pilar Llop, nueva ministra de Justicia, ni siquiera ha levantado el teléfono para retomar los contactos.

Incluso llegan a creer que ese enfrentamiento les beneficia electoralmente. Pero el caso es que el asunto ha traspasado las fronteras y llegado a Europa.

Pese a que el tirón de orejas lo es a España, el PP se cree que puede apuntarse un tanto. Sin embargo, no hace más que poner excusas para prorrogar una situación insostenible.

Para colmo, además de las baratas justificaciones de Pablo Casado hace unos días, un dirigente popular se jactaba de que el PP tenía el apoyo de la mayoría de la carrera judicial.

En una democracia como la española eso es como decirnos que no hay separación de poderes y que da lo mismo la composición del Congreso. Y eso que fue la mayoría absoluta del PP la que aprobó el sistema de renovación del CGPJ.

La cerrazón de Casado sólo es comprensible, y ni eso, porque no tenga un proyecto para nada en España. Y eso se extenderá más allá cuando el líder popular tenga que lidiar con las abrumadoras cifras de la recuperación económica.

Aunque el Gobierno aceptara la última de sus condiciones para renovar el órgano de gobierno de los jueces, el PP se sacaría de la chistera otra excusa. Por ejemplo, que los jueces sean rubios y con el pelo corto. A saber.

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