España, a las puertas de una segunda ola de contagios

España, a las puertas de una segunda ola de contagios

Los 628 casos positivos notificados anteayer por el Ministerio de Sanidad pueden representar el inicio de una segunda ola de contagios en España. Preocupa y mucho a las autoridades sanitarias que la transmisión comunitaria avance sin control.

La potencia de una segunda ola de contagios va a depender en mucho del comportamiento la población e incluso de que una nueva oleada asole España. El número de casos positivos de ayer es el mayor desde el 8 de mayo, cuando todo el país se encontraba confinado.

Aragón y Cataluña concentran más de la mitad de esos 628 contagios. Es más, en estas dos comunidades autónomas se ha dado el 60% de los 1.313 conocidos en los últimos siete días. Todos ellos teniendo en cuenta que el diagnóstico se ha hecho con fecha de inicio de síntomas. Ese porcentaje es diez veces mayor que el del 18 de junio, cuando se registró el más bajo.

Para evitar una segunda ola de contagios hay que endurecer las restricciones

Las autoridades sanitarias debaten, no ya si volver hacia atrás en cuanto a las restricciones, sino en cuándo y dónde. En el caso Aragón se adelantaron y retrocedieron a una suerte de fase 2 el 22 de junio en las cuatro comarcas más golpeadas. Una semana después se reafirmaron en ello.

La Litera, Cinca Medio, Bajo Cinca, y Bajo Aragón-Caspe, las tres primeras en Huesca y la última en Zaragoza continúan así. A más, el gobierno aragonés ha pedido restringir la movilidad desde y hacia la capital maña.

En cuanto Cataluña, cuatro millones de habitantes podrían llegar a quedar confinados en las próximas horas. Por el momento, las restricciones se extienden a l’Hospitalet de Llobregat, Barcelona y doce municipios de la primera corona metropolitana.

También a la comarca leridana de La Noguera y las localidades del Segrià, además de las seis que ya están bajo medidas de confinamiento estrictas desde este miércoles.

Casi todas las autonomías obligan al uso de mascarillas

Catorce comunidades autónomas han endurecido el uso de mascarillas, obligatorio en cualquier espacio público. Sólo Madrid, Comunidad Valenciana y Canarias no han llegado a ese extremo.

Entretanto, en el País Vasco, donde varios brotes, se ha reducido el aforo de los locales en las zonas más impactadas. Por su lado, en Baleares, se han cerrado todos los locales de ocio en algunas de las calles de Magaluf y Palma.

Las Xunta de Galicia ha prohibido los botellones. Mientras, Murcia ha ordenado multas de 3.000 euros si las personas que estuvieron en contacto con positivos se saltan la cuarentena.

En cualquiera de los casos, los expertos están de acuerdo en que todas las medidas deben endurecerse allí donde hay brotes. En especial, en Cataluña. El resto autonomías deben reforzar los sistemas de vigilancia epidemiológica, así como aumentar el personal de rastreo. También, el aislamiento de los contactos de los positivos para evitar que haya que confinar a poblaciones enteras.

La situación no es comparable a antes del estado de alarma

Si bien es cierto es que en la última semana el número de casos positivos diagnosticados es mayor (5.695) que antes de decretar el estado alarma (4.209) ambas cifras no son equiparables. En marzo no se tenía la misma capacidad de diagnóstico y apenas se detectaban los casos graves.

Actualmente, se hace el test al 92% de las personas con síntomas compatibles con la enfermedad. El 70% de los positivos son asintomáticos. Si se quiere hacer una mejor comparación hay que fijarse en las hospitalizaciones, que al principio de la crisis su número no era público.

Sólo se sabía que 272 personas necesitaron ingresar en las unidades de cuidados intensivos y que 120 habían muerto. El jueves había 135 en las UCIs españolas.

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