España incumple su compromiso de acogimiento de refugiados

Solo se ha cumplido con el 14,5% de la obligación adquirida hace dos años.
Cuando se cumplen 24 meses del acuerdo alcanzado en materia migratoria entre Turquía y la Unión Europea, ya hay alrededor de 500 muertos en el Mediterráneo en lo que va de 2018 de refugiados que intentaron llegar a las costas europeas. Entre 2015 y 2016, huyendo del hambre y la guerra, 1,4 millones de migrantes alcanzaron Europa, ante lo cual los países miembros de la Unión Europea se vieron forzados a trazar un plan conjunto para gestionar la llegada de exiliados. 160.000 personas llegaron a Italia y Grecia y debían ser realojadas entre los países miembro. Según revelan datos de la Comisión Europea, sólo 33.864 han sido reubicados en un nuevo país, y en el caso de España el porcentaje es menor, siendo superada en acogida por todos los países de la zona euro, incluso por Rumanía, que votó en contra del sistema, a excepción de Eslovaquia y Austria.
Según Alfonso Dastis, ministro de asuntos exteriores, y Juan Ignacio Zoido, ministro del interior, las cuotas era un poco realistas debido al “complejo sistema” establecido, prediciendo que los países no superarían el 10% del cupo. Bruselas añadió nuevos filtros al reasentamiento, trasladando sólo a aquellos con altas probabilidades de recibir el estatus de refugiado, resultando que ciudadanos de países como Siria, Irak o Eritrea encontraron más obstáculos para quedarse en Europa. Después del acuerdo entre la UE y Turquía, los refugiados en las islas griegas serían deportados después a suelo turco, algo por lo que el Gobierno de Erdogan recibió 3.000 millones de euros y otros tantos más adelante.

Menos llegadas por mar
Según Raphael Shilhav, asesor de política migratoria de la UE en Oxfam, “el número de llegadas por mar había comenzado a disminuir de forma drástica en noviembre 2015 y no se vio impactado de forma significativa por el acuerdo de marzo de 2016. Actualmente, unas 13.000 personas permanecen en las islas en alojamientos que están preparados para albergar a la mitad de esa cifra”.
Ante una de las mayores crisis humanitarias vividas en Europa, la situación parece agravarse tras la negativa de los países del este a recibir inmigrantes irregulares, el ascenso de la ultraderecha en Austria y Alemania o la postura xenófoba del presidente de Hungría, Viktor Orban, a la que se une la inmovilización del barco Proactiva Open Arms, por parte de las autoridades italianas, acusando a esta organización de “promover la inmigración irregular” en el Mediterráneo, donde en lo que va de año ha muerto o desaparecido casi 500 personas.

2.000 han llegado a España ilegalmente
Durante este mismo período, más de 2.000 personas han entrado en España de forma irregular. Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones, 1.400 lo hicieron por mar y cerca de 800 lo hicieron a pie, duplicando, en este último caso, el número de migrantes que llegaron por vía terrestre a Grecia o Bulgaria, los países principalmente alcanzados por la avalancha migratoria de 2015 debido a su proximidad a Turquía y el este del Mediterráneo. A lo largo de 2017, más de 28000 migrantes llegaron a España, la mayoría por mar y un 22% saltando las vallas de Ceuta y Melilla.
El primer organismo en atender a los llegados es la Cruz Roja, hasta que son trasladados a las fuerzas de seguridad para su identificación, después de la cual son enviados a los Centros de Internamiento de Extranjeros, CIE, donde deberían permanecer un máximo de 60 días, hasta que se produzca su orden de expulsión o realojamiento. Los que no son expulsados son transferidos a los centros de la comisión española de ayuda al refugiado, con 2.354 plazas. Los que llegan a pie y no consiguen eludir la acción policial ingresan directamente en los Centros de Estancia Temporal de Inmigrantes en Ceuta y Melilla.