En una reunión de su partido Justicia y Desarrollo (AKP), Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía, ha vuelto a insistir en el veto a la adhesión de Finlandia y Suecia a la OTAN.
Siguiendo la línea que mantiene la formación que sostiene su Gobierno, “hasta que nuestras expectativas no queden satisfechas, seguiremos sin cambiar nuestra postura”.
Erdogan aseguró que “cabecillas de organizaciones terroristas deambulan libremente en Suecia y Finlandia, bajo la protección de los suecos y de los finlandeses”.
Por su lado, Finlandia, Suecia y la propia OTAN defienden que todos atienden la “preocupaciones de seguridad” de Turquía al respecto.
De hecho, en esa línea se han manifestado Sauli Niinisto, presidente finlandés, y Magdalena Anderson, primera ministra sueca.
Recientemente, Jens Stoltenberg, secretario general de la Alianza Atlántica, y Sanna Marin, primera ministra de Finlandia, mantuvieron un encuentro para abordar este asunto, entre otros.
En cambio, todos los esfuerzos de la diplomacia finlandesa y sueca han fracasado. Tratan de convencer al mandatario turco de que sus respectivos países no mantienen vínculos con esos grupos que Turquía considera terroristas.
Además, Erdogan señaló a finales de mayo que las conversaciones no sucedieron “al nivel deseado”. Asimismo, lanza críticas en cada ocasión que habla de las presuntas protecciones de estos países a kurdos reclamados por Turquía.
El veto turco no se ha movido ni un ápice en las negociaciones para la adhesión de estos dos países nórdicos.
Acusa a Finlandia y a Suecia de dar protección a miembros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) al que Turquía considera organización terrorista.
Por su lado, ambos países nórdicos solicitaron la adhesión a la OTAN en el contexto de la guerra en Ucrania y ante una posible amenaza rusa.