Trescientas mil empleadas del hogar en España, sin contrato y sin derecho a nada

Trescientas mil empleadas del hogar en España, sin contrato y sin derecho a nada

Al hablar de empleadas del hogar, utilizamos el femenino porque el 96% de esas 300.000 son mujeres. Y, además, mucho más de la mitad son inmigrantes, una buena mayoría nacidas en otros lugares del mundo.

Ella, de 57 años, comenzó a trabajar “como esclava” en 2016. Ejerce la función de interna en un domicilio, cuidando las 24 horas del día a una persona mayor. Paga 250 euros al mes por una habitación, para tener un lugar donde estar los sábados, su único día libre. Ahora, que en España se ha decretado el confinamiento por el coronavirus, la cosa se complica.

“Tengo dos horas de descanso, pero nunca se cumplen porque siempre estoy aquí”. Empieza a trabajar a las ocho de la mañana y acaba a las 12 de la noche. “Trabajo 15, 16 horas diarias y ahora no tengo ni el fin de semana libre, nadie puede salir de casa”. Su jornada es tan intensa que casi no puede responder a los WhatsApp. “No respetan ni mi tiempo libre, hasta interrumpen mi horario para comer”, cuenta.

No está afiliada a la Seguridad Social, al igual que un tercio de las empleadas del hogar en la Comunidad de Madrid. Para tener datos objetivos, tendríamos que analizar las diferencias entre las afiliadas y las registradas en la Encuesta de Población Activa (EPA). Aquellas ocupadas que manifiestan trabajar en el sector.

104.316 trabajadoras del hogar cotizando a la Seguridad Social en Madrid constaban en febrero de 2020. Según la EPA, la cifra asciende a 156.000 empleadas del hogar. Por lo que podemos deducir que unas 50.000 empleadas del hogar se encuentran en economía sumergida. Ello significa que no podrán beneficiarse de las ayudas del Gobierno.

El objetivo es equiparar a las empleadas del hogar con el resto de trabajos

Se busca que las empleadas del hogar puedan equipararse con el resto de trabajos que han sido suspendidos como consecuencia de un ERTE. Y que puedan cobrar un 70% de su sueldo durante un mes. Pero existe un requisito indispensable y es que estén afiliadas a la Seguridad Social. Se quedarán sin subsidio aquellas que estén en situación irregular.

Ella considera que “ésa es la pérdida de libertad”. Continúa trabajando cada día: se pone el uniforme, cuida, limpia, asiste, etc. Cobra 50 euros más desde que comenzó el confinamiento, por lo que su sueldo asciende a 900 euros. Ella se paga el seguro médico. En caso de que el anciano que cuida cayera enfermo o la despidiera, ella se quedaría sin nada. “Me iría a mi habitación a esperar que la pandemia pase y volver a buscar trabajo. Sería una agonía”.

Los datos de la Seguridad Social trasladan que el 57% de las empleadas del hogar son extranjeras. La mayoría de ellas trabajan como internas. “Las internas son las que más necesitan el subsidio, porque son con las que se cometen más abusos”.

Las asociaciones que defienden los derechos de las empleadas del hogar, reconocen que la pandemia del Covid-19 ha convertido su trabajo en más precario aún. Se piden medidas que puedan garantizar unos ingresos suficientes para las empleadas. Además de que, aquellas que sean inmigrantes, puedan acceder a la ayuda sin tener que regular su situación, hasta que finalice el estado de alarma.

“Nada de lo que pedíamos era nuevo, es lo que venimos reivindicando una y otra vez desde hace años”, han denunciado a través de un comunicado. En caso de aprobarse la subvención, sería la primera vez que en España las empleadas del hogar reciben un subsidio por desempleo.

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