¿Elecciones en Venezuela?

¿Elecciones legislativas en Venezuela?

Más de 2,7 millones de electores están llamados a las urnas en las elecciones legislativas de hoy en Venezuela para elegir una nueva Asamblea Nacional. Los que acudan –se espera una muy baja participación por la epidemia de coronavirus— lo harán en un clima de poca o nula legitimidad.

En 2015, la oposición a Nicolás Maduro, presidente de facto de Venezuela, ganó la mayoría en la Cámara legislativa, pero el chavismo la privó de poderes. Maduro, por decreto, otorgó el Poder Legislativo a la Asamblea Nacional Constituyente para redactar una nueva Constitución.

Buena parte de la comunidad internacional, liderada por Estados Unidos y la UE sigue sin reconocer su legitimidad.

Ha sido muchas las voces y las ocasiones se han llamado a aplazar estas elecciones legislativas que este 6 de diciembre se celebran. La intención es dar margen al diálogo entre el Gobierno y la oposición venezolanos para sacar a Venezuela de la grave crisis que sufre.

Sin embargo, Maduro no está dispuesto a ello y se escuda en la Constitución que, dice, así lo establece. No respetarlo sería quebrantar el mandato constitucional.

Por su lado, el opositor y ex candidato presidencial Henrique Capriles, que se alejó del núcleo duro de la oposición que encabeza Juan Guaidó, apuesta por celebrar los comicios, pero retrasándolos.

De este modo, se garantizaría celebrar las elecciones, así como la presencia de observadores internacionales. Pero tampoco han servido sus esfuerzos.

Los principales partidos de la oposición no participan en los comicios. A la cabeza, Guaidó, actual presidente de la Asamblea Nacional, a quien la mayoría de la comunidad internacional reconoce como presidente legítimo. En enero de 2019 se autoproclamó presidente encargado de Venezuela, con el objetivo de poner fin a la “usurpación” de Maduro.

Unas elecciones legislativas sin garantías

La oposición denuncia que las elecciones no tienen las garantías para que sean libres, temo críticas y justas. El chavismo controla todos los órganos del Estado, entre ellos el Consejo Nacional Electoral (CNE), que es el encargado de organizar los comicios.

Los aliados de los opositores, como Estados Unidos, y también la Unión Europea, así como otros países de la región, han advertido de que no reconocerán el resultado. Consideran que las elecciones legislativas no cumplen las garantías necesarias.

La cosa se complica porque en enero, los diputados chavistas eligieron a Luis Parra, de Alianza Venezuela Unida, como presidente de la Asamblea Nacional.

Se generaba así una bicefalia en la Cámara legislativa. Los parlamentarios opositores ratificaron a su vez a Guaidó en la presidencia de este órgano plenipotenciario.

Las elecciones legislativas de hoy son, en cualquiera los casos, unos comicios anómalos. No sólo porque la epidemia acecha, sino porque la pequeña presencia opositora garantiza per se que el partido de Maduro, Gran Polo Patriótico, las ganará.

La realidad es que los grandes partidos de oposición, que han ganado en la Asamblea Nacional desde 2015 y que representan a millones de ciudadanos, no estarán presentes. Un hecho que resta legitimidad y credibilidad a estos comicios que el presidente de facto se niega a aplazar.

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