Elecciones en Afganistán

Elecciones en Afganistán

Hoy se celebran comicios parlamentarios bajo la amenaza de los atentados talibán.
Los ciudadanos de Afganistán están llamados este sábado a las urnas en unas elecciones parlamentarias bajo la amenaza de los atentados talibán que tratan de boicotear estos comicios y amagan con nuevos ataques.

Aunque las elecciones a la Wolesi Yirga, la cámara baja del Parlamento, debían haberse celebrado en octubre de 2016, tuvieron que ser aplazadas en dos ocasiones debido a la falta de garantías de seguridad y las discusiones acerca de cómo garantizar su limpieza. A causa de esto, Ashraf Ghani, presidente afgano, prolongó el mandato del Parlamento que había expirado en 2015.

En esta ocasión, los comicios parlamentarios coinciden con las elecciones locales en todas las provincias, excepto Ghazni, donde se han aplazado sine die. Es la tercera ocasión en que se celebran tras la caída de los talibán en 2001.

La campaña electoral se ha visto ensombrecida por el asesinato de un total de diez candidatos y muchos ataques contra mítines y actos políticos. Los talibán amenazan con atacar los colegios electorales y a ello se unen los posibles atentados por parte de Estado Islámico.

Los rebeldes rechazan las elecciones en este momento, en que coincide la visita de Zalmay Khalilzad, enviado de Estados Unidos para Afganistán. El emisario estadounidense tratará de dibujar, junto al presidente Ghani, la estrategia para iniciar un proceso de paz con los talibán, que de momento siguen rechazándolo.

Zabihulá Muyahid, portavoz talibán, ha criticado que Estados Unidos utiliza las elecciones para legitimarse en Afganistán y asegura que “a la gente se le da el sentimiento engañoso de tener el libre derecho de depositar su voto con el fin perverso de minimizar su resentimiento contra la ocupación extranjera”.

Insistió en que “la solución real a la crisis afgana en curso está en la completa retirada de todas las fuerzas ocupantes extranjeras y la restauración de una soberanía islámica pura”.
Nayib Danish, portavoz del Ministerio del Interior de Afganistán, respondió con el anuncio de que 50.000 miembros de las fuerzas de seguridad se desplegarán en los casi 27.000 colegios electorales que permanecerán abiertos durante la jornada de comicios con el fin de garantizar la seguridad. También adelantó que la cifra podría ser mayor “si fuera necesario”.

Por su parte, Estado Islámico también amenaza estas elecciones. Recientemente ha atentado en varias ocasiones en Kabul, la capital afgana.

Hasta el momento no ha fructificado ningún intento del Gobierno de Ghani de sentar a la mesa, para negociar, a los rebeldes talibán, quienes exigen contactar previamente con las autoridades estadounidenses con el fin de que abandonen el país. Ni siquiera ascendieron la oferta de un alto el fuego y la liberación de insurgentes encarcelados en Afganistán hecha por el presidente afgano.

Las consecuencias en la población son tremendas. Más de 250.000 personas se han visto obligadas a desplazarse, casi 2.800 civiles han perdido la vida y otros alrededor de 5.250 han resultado heridos en lo que va de año.

A ello se une que en los últimos meses una gran sequía está castigando el oeste del país obligando a 263.000 personas a migrar a otros lugares, como a Herat o Qala-i-Naw. Apenas reciben ayuda.

El escenario describe, según la ONU, que alrededor de 5,5 millones de órganos necesitan ayuda humanitaria y 7,6 millones están cerca de la hambruna. A pesar de ello, tan solo se ha recibido el 34% de los 546,6 millones de dólares que ha pedido Naciones Unidas.

250 parlamentarios de la Cámara Baja serán elegidos entre un total de 2.565 candidatos, 417 de ellos, mujeres. Cada provincia tiene su propia lista. De las dos cámaras que conforman la Asamblea Nacional, solo la cámara baja, la Wolesi Yirga, es elegida directamente. La Meshrano Yirga, la Cámara de Sabios, la forman parlamentarios de consejos provinciales y de distrito, así como otros designados directamente por el presidente.

El sistema electoral afgano no sé fomenta la formación de partidos por lo que la gran mayoría de los candidatos son independientes. Sólo el 8% de ellos se presentan en listas de un partido. El sistema consiste en un voto para un candidato dentro de la circunscripción.

Asimismo, la legislación electoral establece una cuota del 27% de los escaños para mujeres y, si no son elegidas, la Comisión Electoral completa las vacantes en función de la población de cada provincia y el número de representantes.

A este respecto, Tadamichi Yamamoto, jefe de la Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Afganistán, subrayó que “las elecciones son solo realmente representativas y creíbles cuando las mujeres participan de forma completa y son incluidas en todas las partes del proceso electoral”.

Las mujeres representan el 32% del número total de votantes, según datos de la Comisión Electoral. En cambio, solo el 16% de los candidatos son mujeres.
A la inseguridad se añaden las dudas respecto a la transparencia del proceso y los problemas técnicos que pudieran surgir. Uno de los principales son las dudas respecto al número de votantes ya que no hay un censo fiable.

Otro problema es que hay cerca de cuatro millones de refugiados afganos viviendo en Pakistán e Irán y no podrán participar en el proceso electoral.

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