Los socialistas buscan a toda costa excluir a Vox de la Mesa del Congreso de los Diputados. Para ello, ha ofrecido al PP y a Ciudadanos cuatro de los nueve asientos del órgano de gobierno de la Cámara Baja. Se elegirá el próximo 3 de diciembre, cuando se constituyan las Cortes.
Aislar a la formación de ultraderecha que dirige Santiago Abascal no tarea fácil porque tiene 52 diputados y es la tercera fuerza política más votadas. Para conseguirlo necesita de la complicidad de los populares o unir a buena parte de los partidos nacionalistas. El PNV ya se ha mostrado partidario.
PSOE y Unidas Podemos se van a esforzar en los próximos días en convencer al PP, pero sin renunciar a la mayoría en la Mesa, para lo que se reservan la Presidencia y cinco de los asientos.
Así, según fuentes de la dirección socialista, propondrán un reparto de tres miembros para los populares y uno para los naranjas. Todavía no ha habido contacto oficial, pero de antemano, Pablo Casado, presidente de la formación conservadora ha anunciado que no participará en ese cordón sanitario a Vox.
Sabe que tienen asegurada una vicepresidencia y una secretaría gracias a sus propios votos. Sin embargo, para que entre otro miembro popular y uno de Ciudadanos, hace falta consensuar con otras fuerzas. Y esa tarea tampoco es sencilla.
Si casado se obceca en su postura, los socialistas tienen prevista otra vía: unir a todos los partidos nacionalistas y regionalistas, aunque esto supusiera abrir la puerta a fuerzas con representación mucho menor que la de la extrema derecha, como sería el caso del PNV o de ERC.