La cita era en el IES San Isidro, ubicado en la calle Toledo, al lado de la Real Colegiata de San Isidro, antes Catedral de Madrid, donde se hallan el cuerpo incorrupto de San Isidro y las reliquias de su santa esposa, Santa María de la Cabeza. En el IES San Isidro fue escondido el cuerpo incorrupto del patrono de Madrid durante los años oscuros de la guerra civil.
Ante un auditorio muy plural y diverso, en el que destacaron Raúl Baz Terrón, Gran Mestre del Capítulo de Nobles Caballeros y Damas de Isabel La Católica, la Directora de la Archicofradía Sacramental de San Isidro, Almudena Alegre, y Qamar Fazal, portavoz de la Comunidad Ahmadía en España, el Padre Ángel afirmó que “San Isidro era laico, estaba casado, tenía hijos y no paraba de trabajar por mucho que se diga que sus bueyes araran solos tirados por ángeles. Comparto con Nicolás Ferrando en que este santo pensó en hacer grande a Madrid, que era su ciudad”.
En otra parte de su amena alocución, el Padre Ángel agradeció la presencia de numerosas cofradías y hermandades de la Comunidad de Madrid e, incluso, el Hermano Mayor de la Hermandad de San Isidro de Bargas (Toledo). También estaban las Siervas de María, de Santa Soledad Torres Acosta y Hermandad del Rocío de Madrid. El responsable de Mensajeros de La Paz dijo que “Sé que el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, quiere mucho y respeta a San Isidro y que disfruta en las fiestas patronales porque se acerca a la Pradera a gozar de las celebraciones en su honor”.
El autor de la novela histórica titulada San Isidro y el Sueño de Madrid, Nico Ferrando, dijo que el primero que soñó con la capitalidad de Madrid fue San Isidro. Leyó textualmente el comienzo de la misma: “Muchos soñaron con una ciudad grande y cosmopolita en el mismo centro de España. Algunos tuvieron esa excéntrica y alocada visión antes de que existiera una unidad política que sustentara tal construcción. El origen de ese sentimiento épico hay que buscarlo en la discreta acción de un modesto agricultor que con su bondad no solo alegró e hizo más fácil la vida a sus semejantes sino que tuvo la idea de constituir un hogar común de una gran nación que luchaba insistentemente por nacer y que veía en una pequeña y escueta fortaleza medieval su prominente y prometedor futuro”.
El prologuista del libro y presidente de la Academia Matritense de Investigación, José María Sánchez Molledo, destacó la oportunidad de la novela histórica sobre San Isidro: “En otros tiempos se han hecho ingentes ensayos históricos como los de Juan Diacono, Alonso de Villegas o López de Hoyos, también unos versos poéticos de Lope de Vega, pero en el siglo XXI para dar a conocer la obra del patrono de Madrid lo pertinente es la novela histórica”.
El autor del epílogo de la obra, Juan V. Jiménez Calvo, cerró el turno de intervenciones resaltando el legado de su amiga María Teresa Pérez-Balsera, que otorgó testamento en favor de que “la Capilla de la Cuadra pueda ser conocida en el mundo entero”. Sus palabras estaban dirigidas a la Marquesa Viuda de Las Navas de Barcinas, descendiente de la rama principal de los Vargas, del señor Iván de Vargas, patrón y contemporáneo del santo. Visiblemente emocionado afirmó, para concluir, lo siguiente: “Mis últimas palabras son para el Cardenal Carlos Osoro, Arzobispo de Madrid. Que estos acontecimientos se produzcan en su gestión es signo inconfundible de que la Divina Providencia protege a Madrid, mi ciudad, al margen de lo que algunos, indebidamente, afirman”.
El Padre Ángel bendijo al finalizar a los presentes y les instó a imitar las acciones de San Isidro. La novela histórica se puede adquirir en diversas librerías, entre las que destacan La Librería, en calle Mayor 80, y otros centros como el Corte Inglés y La Casa del Libro.