El nuevo presidente de la CEOE declara que el acuerdo Gobierno-sindicatos atenta contra el diálogo social

El nuevo presidente de la CEOE declara que el acuerdo Gobierno-sindicatos atenta contra el diálogo social

El pacto implica la derogación de aspectos centrales de la reforma laboral.
En un acto en la Cámara de Bilbao, Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, ha valorado que el acuerdo alcanzado entre los sindicatos UGT y CC.OO. y el Gobierno “atenta contra el diálogo social” porque implica la derogación de aspectos centrales de la reforma laboral. Utilizando un símil futbolístico, en referencia al Ejecutivo, ha dicho que “el árbitro sale al campo de la mano del equipo contrario”.

Garamendi manifestó su sorpresa por la noticia del preacuerdo ya que se enteraron por la prensa: “Si es cierto, atenta contra la propia negociación y el propio diálogo social. Lo que realmente planteamos es que, si realmente eso es así, que legisle el Gobierno, pero no tiene mucho sentido que a eso se le llame diálogo social. Eso no es diálogo social, eso es un acuerdo bipartito entre los sindicatos y el Gobierno”, señaló.

Igualmente, aseguró que el acuerdo por el que se sube por decreto el salario mínimo a 900 euros “se ha cargado el diálogo social y va a arruinar a muchas empresas”. Apuntó que el Gobierno ha dejado en minoría a los empresarios después del preacuerdo con los sindicatos, con el que se derogan aspectos de la reforma laboral y se restablece la ultraactividad y la prevalencia del convenio colectivo sobre el de la empresa.

En ese sentido, el presidente de la patronal dijo que “el diálogo no puede ser con ruedas de molino”. “Si el árbitro ha estado hablando con tu rival antes de empezar el partido, pues estás acabado, porque eso no es diálogo social”, añadió. “Dialogar significa que también se atienda lo que decimos los empresarios, que entiendo que son cosas bastante serias”, señaló.

Indicó que “es al revés, que hablemos antes los empresarios con los sindicatos y, luego, el Gobierno lo ratifique”. “Por eso no estamos de acuerdo en las formas, porque lo que no tiene sentido es que dos partes, y una sea el Gobierno, haya negociado para imponer un criterio”, reprochó.

Garamendi insistió en que el Gobierno tiene la legitimidad para plantear una reforma laboral y llevarla al Parlamento, pero que “a eso no lo llame diálogo social ni convoque una mesa negociadora. Eso es legislar y llegar a un acuerdo bipartito”.

Para él, el problema está en que se ha entrado “en una dinámica política y en un juego electoral en el que ni estamos ni vamos a estar, y los empresarios nos estamos viendo arrollados por esa marea que yo creo muy equivocada”.

Volviendo a la cuestión del salario mínimo, el presidente de la CEOE ha advertido de que el Gobierno, al tomar esa decisión, no ha tenido en cuenta que las administraciones deberán revisar al alza todas las contrataciones de bienes y servicios, ya que, de no hacerlo, supondrá que muchas empresas vayan directamente a pérdidas puesto que, antes de esa medida, se habían acordado unos términos con unos márgenes que eran para todo: salarios y beneficios.

En esa línea, manifestó que esa subida del salario mínimo afectará a los más débiles, porque no es lo mismo vivir en grandes ciudades que en otras zonas y en pequeñas poblaciones, y que afectará, no a la industria, sino a la gente de los bares y de los bienes y servicios con contratación pública.

Respecto a los convenios colectivos, el presidente de la patronal española dijo que él aboga por “la libertad de la empresa para decidir”. “Yo creo firmemente en el convenio colectivo porque da una tranquilidad y una paz social tremendas, especialmente a las pequeñas y medianas empresas, pero debe ser la propia empresa la que debe decidir lo que puede hacer o no”, aseguró.

Finalmente, respecto a la ultraactividad, Garamendi manifestó que no puede decir a los empresarios que eso se ha acabado ya que “esa decisión es parte de la negociación y de la libertad de negociar los convenios, del tipo que sean”.

En ese sentido, dijo que había trasladado su malestar porque “la contraparte diga en público que estamos diciendo que no a cosas, cuando no es así, porque los empresarios en este país son serios y las viejas formas de actuar no nos gustan, como por ejemplo hacer público lo que se está hablando dentro de la mesa porque eso dificulta cualquier negociación”.

Para terminar, indicó que no se ha “excluido de la negociación a nadie porque no hemos roto la mesa ni la vamos a romper, y los empresarios vamos a trabajar con sentido de Estado y lealtad institucional”.

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