El mundo se vuelca apoyando al Gobierno de España frente a los actos de violencia y la actitud de los sediciosos

El mundo se vuelca apoyando al Gobierno de España frente a los actos de violencia y la actitud de los sediciosos

La internacionalización del procés es un hecho gracias a la labor de las embajadas catalanas y ahora también por la repercusión mundial de la sentencia del Tribunal Supremo. Pero ahí no acaba, también por las imágenes que han dado la vuelta al mundo de los disturbios provocados y convocados por radicales independentistas y que han destrozado muchas calles y carreteras de Cataluña.

Unas imágenes que han demostrado la violencia del movimiento secesionista sin mediar provocación y con el consentimiento de las autoridades de la autonomía, de Quim Torra, presidente de la Generalitat, que no ha dedicado ni una palabra a condenar los actos violentos vividos desde que se conoció la condena a los líderes del procés.

Pero la jugada no les ha salido bien. Los gobiernos de prácticamente todo el mundo han mostrado su apoyo al Ejecutivo español y a la Justicia española.

Una prueba de ello es que el Gobierno de Boris Johnson desautorizó a John Bercow, presidente de la Cámara de los Comunes, quien había dejado abierta la posibilidad de que el ex president Carles Puigdemont pudiese acudir al Parlamento británico a defender su postura “sin riesgo a ser extraditado”.

Chris Pincher, secretario de Estado para Europa y las Américas, fue cristalino: “La posición del Gobierno sobre Cataluña es clara, y es que se trata de un asunto interno de España”. Y añadió: “El Reino Unido apoya enérgicamente el Estado de Derecho y está claro que los líderes políticos, como cualquiera, tienen el deber de acatar la ley”.

Hacía referencia a Puigdemont y las condenas impuestas por el Supremo a los 12 líderes independentistas. Afirmaba que el asunto de la independencia de Cataluña debe resolverse “siguiendo los cauces constitucionales y legales”. “Es un asunto de España y de sus instituciones democráticas”.

Es más, Emily Thornberry, portavoz laborista de Exteriores, criticó la “mano dura” de la Policía contra los independentistas, a la vez que Hywel Williams, diputada galesa del partido Plaid Cymru, preguntaba si el Ejecutivo británico dialogará con España y la Unión Europea acerca de las condenas.

Pincher replicó con contundencia: “Esos diputados tienen el derecho de apelar ante el Constitucional y ante la Corte Europea de Derechos Humanos. Dejemos que la justicia siga su curso”. Blanco y en botella.

Otro socio de España, Francia, mostró su apoyo sin lugar a dudas: “No nos corresponde hacer juicio alguno más allá de apoyar el Gobierno español en su acción”, significaban desde el Elíseo. España es un “país aliado, democrático y de la Unión Europea”.

“No hacemos comentarios sobre las decisiones de la Justicia. Pero como dijo el portavoz del Quai d’Orsay, siempre hemos apoyado a España, su integridad territorial y su Constitución”, añadían.

Se referían a la declaración de la portavoz del Ministerio de Exteriores francés señalando que “las autoridades francesas tienen confianza en la capacidad de las autoridades españolas para superar las tensiones aparecidas en Cataluña, dentro del respeto al Estado de derecho y a la democracia”.

Por si no fuera poco, fuentes cercanas a Emmanuel Macron, presidente de Francia, insistían en que “no nos inmiscuimos en el debate. Cada vez que ha habido intervenciones –contrarias- de algunos parlamentarios, incluidos algunos de nuestro propio grupo, las hemos condenado porque es un mal método”.

El fracaso del independentismo catalán parece evidenciarse con más contundencia en Alemania, un icono para el secesionismo y para el propio Puigdemont, que utilizó la pugna entre la justicia española y la alemana para beneficio propio.

En cambio, este martes, a la rueda de prensa convocada en el espacio 0107 de la Casa de la Prensa de Berlín solo acudió un periodista freelance que publica en el diario de izquierda radical Junge Welt. Y eso que la convocatoria era a todos los medios acreditados en la capital y en la Asociación de la Prensa Extranjera.

A eso se añade que en Italia la cuestión catalana pierde fuelle y empiezan a oírse voces más moderadas o simplemente informativas. “100 años de prisión para los 9 líderes catalanes. Rabia en Barcelona” titulaba La Stampa.

Aldo Cazzullo, articulista en Corriere della Sera, dice que ha sido un “juicio político”, pero, si “se ha llegado a tanto, es porque los separatistas se han equivocado en todo lo que podían equivocarse”, sentenciaba.

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