Impulsar la fusión entre Bankia y el BBVA es el compromiso que ha adquirido Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, con el PNV, como así exigió la formación nacionalista vasca el pasado verano. José Ignacio Goirigolzarri estaría a la cabeza de la entidad resultante.
Renuncia, así, el partido que preside Andoni Ortuzar a otras pretensiones a cambio de su apoyo en la investidura. Obtiene la devolución a Bilbao de la sede social del banco, el traslado de algunas de sus principales áreas operativas y el clan de Neguri recuperaría parte de su poder, según fuentes conocedoras de la negociación.
El acuerdo ha sido verbal y no se incluyó en el documento suscrito entre el PSOE y los jeltzale cara a la investidura de Sánchez. Bolsamanía ya había adelantado en julio que el PNV trataba de aprovechar que el BBVA estaba en una situación de debilidad a causa del caso Villarejo para fusionarlo con Bankia, con Goirigolzarri como presidente.
El banco rescatado es propiedad del Estado en un 60% a través del FROB. La operación, aunque disgusta, lógicamente a los actuales gestores del BBVA, agrada al Gobierno, al Banco de España, al Banco Central Europeo y al propio Bankia.
Con todo, nadie lo confirma. Desde la formación nacionalista vasca lo niegan porque estaría en el documento de investidura “que es público”. Mientras, desde Bankia y el BBVA no hacen comentarios, ni tampoco lo hacen en Moncloa.
El perfil del actual presidente de Bankia gusta al PNV, aunque no sea nacionalista. Entre 1977 y 2009 trabajó para el BBVA. Fue director general del BBV y miembro del comité de dirección. Igualmente, fue director de banca minorista y consejero delegado después de la fusión con Argentaria.
En 2009, fe despedido por Francisco González, entonces presidente del banco azul, después tener el atrevimiento de postularse para sucederlo en el caro. Tras prejubilarse, en 2012 salió de su prejubilación para presidir Bankia y BFA.