También, que rompa “la política de bloques”.
Durante la respuesta a una pregunta del portavoz del PDeCAT en el Congreso, en la sesión de control al Gobierno, Pedro Sánchez, jefe del Ejecutivo, ha insistido en que el diálogo es la solución al conflicto catalán, algo a lo que está dispuesto el Gobierno de la Nación, pero que antes es necesario que Quim Torra, presidente de la Generalitat, rompa “la política de bloques” y hable “con esa parte -de Cataluña- que no ha sido escuchada”.
Carles Campuzano, portavoz de ese partido secesionista, le había preguntado que cómo iba a “encauzar democráticamente el conflicto entre Cataluña y las instituciones del Estado”. Además de con el diálogo, Sánchez ha respondido que el problema “no es tanto de independencia como de convivencia”
El portavoz catalán replicó que el problema reside en la posibilidad de que los catalanes puedan “decidir democráticamente su futuro político”. Así, ha pedido al presidente “coraje”, a la vez de criticar que Josep Borrell, ministro de Exteriores, haya vetado la presencia del presidente catalán en el Foro de Unión por el Mediterráneo, así como a otros ministros de los cuales dice “no respetan a la sociedad catalana”.
Campuzano también exigió responsabilidades por las cargas policiales del 1 de octubre de 2017 durante la celebración del referéndum ilegal. “Alguien debe asumir responsabilidades y reparar el daño del 1-O”, insistió.
En su respuesta, Sánchez dijo ser consciente de que el problema catalán no puede ser solucionado “en tres meses” porque viene de “hace una década” y son necesarias “generosidad y sentido de Estado”.
Campuzano había hecho alusión a que en la jornada del 1-O “salieron a votar dos millones de catalanes”, a lo que el presidente del Gobierno ha respondido recordándole que en el 21-D, la fecha de las últimas elecciones autonómicas en Cataluña, participó casi el 80% de la sociedad catalana y “no habló de independencia, habló de convivencia”. “Hay que acabar con la dinámica de bloques”, añadió.
Finalmente, Sánchez defendió que hay que “destensar la situación y normalizar las relaciones institucionales”, pese a que, admitió, hay desconfianza mutua entre ambos gobiernos y animó a intentar cerrar “la brecha”.