El Parlamento británico aplaza el Brexit y provoca un nuevo problema

El Gobierno británico aplaza el Brexit y sume la situación en un nuevo problema

Con el aplazamiento al lunes de la votación sobre el acuerdo del Brexit alcanzado el pasado jueves entre Boris Johnson, primer ministro de Reino Unido, y Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, se prolonga la incertidumbre de la futura salida de la Unión Europea. Pero es que la Cámara de los Comunes no se fía de Johnson.

El Gobierno británico confía en lograr el respaldo del Parlamento, que ayer aprobaba una enmienda -322 votos a favor y 306 en contra- para que los diputados tengan tiempo para debatir y votar los términos legales del pacto propuesto.

De facto, con este aplazamiento, el primer ministro se ve forzado a pedir una nueva prórroga, algo que no quería hacer y de hecho se niega bajo el argumento de que no la moción aprobada no le “obliga a hacerlo”.

Hacía 37 años desde que Westminster no se reunía en una sesión extraordinaria. Oliver Letwin, ex conservador y ahora diputado independiente, fue quien introdujo la enmienda, pidiendo que se pospusiera la ratificación del acuerdo hasta que sea aprobada la legislación que debe implementarlo.

Pero ahí no acaba todo. En principio, en la Eurocámara no habrá mayores obstáculos para aprobar el nuevo Tratado de Salida, pero todo puede pasar. Incluso, debe autorizar una nueva prórroga. Por el momento, la Comisión Europea (CE) “toma nota” de la moción aprobada y señala que es Londres quien debe informar de los pasos a seguir.

“La Comisión Europea toma nota del voto en el Parlamento británico de la llamada enmienda Letwin que supone que el acuerdo como tal no se votará hoy –por ayer-“, escribía Mina Andreeva, portavoz jefa de la CE.

Por su lado, Johnson, visiblemente molesto, aseguraba que “un nuevo retraso sería malo para este país, malo para la Unión Europea y malo para la democracia”. Además, manifestó su deseo de que los “colegas y amigos” europeos no sientan la atracción hacia la idea de un aplazamiento.

La cuestión es más compleja de lo que parece. No se trata solo de aprobar y ratificar el nuevo acuerdo de divorcio, sino que se deben pasar varios trámites más. Entre ellos, lo propuesto por Letwin, es decir, aprobar las leyes que implementen el pacto.

Para ello, el premier deberá presentar las normas que también deben ser aprobadas tanto por la Cámara de los Comunes como por la Cámara de los Lores. Y esto puede llevar su tiempo.

Johnson señaló que espera poder llevar a ambas Cámaras sus propuestas legislativas la semana que viene. “Desde que asumí el cargo de primer ministro he sostenido que debemos materializar el Brexit el 31 de octubre para que el país pueda seguir adelante. La intención de que no haya retrasos sigue intacta. Continuaré haciendo todo lo posible para que el Brexit se produzca el 31 de octubre”, apuntó.

El primer ministro se revuelve por el hecho de tener que pedir una extensión del artículo 50 del Tratado de Lisboa, pero no le queda otra. Por si no lo tiene claro, Ian Blackford, líder del Partido Nacionalista Escocés en la Cámara de los Comunes, lo advirtió de que debe remitir la carta al Consejo Europeo solicitando el retraso del Brexit o puede ser llevado ante la Justicia.

Por su lado, Jo Swinson, líder del Partido Liberal Demócrata, solicitó que sean los ciudadanos quienes tengan “la palabra final” acerca de la Salida para lo que ha pedido un segundo referéndum sobre el Brexit.

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