El fotógrafo que preguntó por los juguetes

El fotógrafo que preguntó por los juguetes

El trato hacia los juguetes es semejante entre los niños de diferentes países y clase social.
La web muhimu.es cuenta la investigación hecha por el fotógrafo Gabriele Galimberti acerca de cómo juegan y los juguetes de niños de distintos países y diferentes condiciones económicas y sociales. Una de las primeras conclusiones que se sacan es que, aunque sí reflejan el entorno económico en el que viven, no hay grandes diferencias entre los tipos de juguetes con que se divierten unos y otros.

Es cierto que hay divergencias cualitativas y cuantitativas en función del país y del estrato social. Mientras que en los países más pobres los juguetes son autos fabricados y hechos con maderas, alambres, cuerdas y plásticos que los niños se encuentran en casa o por la calle, en los países desarrollados y con mejores posiciones económicas, se pueden permitir mejores y mayor número de juguetes. Por supuesto, no teniendo en cuenta los videojuegos, videoconsolas, netbooks o tablets.

Durante 18 meses, el fotógrafo italiano desarrolló el proyecto, compilando fotos de niños de todo el mundo con sus juguetes, sus más preciadas posesiones. Galimberti concluye que en los países más ricos, los niños son más posesivos con sus juguetes y le llevó más tiempo poder jugar con ellos. en cambio, en los países más pobres lo tuvo más fácil y pudo interactuar más rápidamente. “En África, a los niños les encanta jugar afuera con sus amigos, su amistad tiene mucho más valor que el juguete”, señala.

Pero también hay semejanzas, en especial en las competencias funcionales y de protección de los juguetes. El fotógrafo se reunió con un niño de seis años de Texas y una niña de cuatro de Malawi. En ambos casos, mantenían sus dinosaurios de plástico para protegerlos de los peligros de la noche.

lo cierto es que los juguetes también son el reflejo del mundo en el que cada niño nace. Por ejemplo, a una niña de una familia acomodada en Mumbai le gusta jugar al Monopoly porque una de sus preferencias es construir casas y hoteles. A un niño de una zona rural de México le encantan los camiones porque los ve atravesando su pueblo a diario. Otro, de Letonia, juega con coches en miniatura porque su madre era taxista. y una niña, hija de un campesino italiano, posee diversos rastrillos de plástico, azadas y palas, materiales que ve a diario.

Galimberti, así, observó, que, salvo en el caso de los juegos de ordenador, los juguetes no han cambiado mucho en las últimas tres décadas. “A menudo me encontraba el tipo de juguetes que solía tener”, evoca.

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