El éxito de Corea que no fue seguido por España

El éxito de Corea que no fue seguido por España

Cuando las cifras de contagios por coronavirus siguen creciendo alarmantemente, nos fijamos en el éxito de Corea en la contención de la epidemia. Quizás también el caso de China sería para aprender, pero ni el nivel socioeconómico ni el régimen político del gigante asiático resultan comparables para España.

En cambio, sí resulta análogo el caso surcoreano. Corea del Sur es un país desarrollado, las cifras de población son parecidas, la media de edad, igual y lo mismo en la esperanza de vida. 51,4 millones de surcoreanos frente a 47,1 millones de españoles; 42,2 años de media de edad en Corea, frente a 43,4 en España; y 82,6 años de esperanza de vida, frente a 83, respectivamente.

Tal vez sea más conveniente mirar al éxito de Corea del Sur que al de China, donde se aplicaron medidas brutales, casi inhumanas, para controlar la expansión. Aunque, sí, fueron efectivas. Salvo en Wuhan, el resto de ciudades del gigante asiático adoptó medidas antes y obtuvieron resultados sin tanto traumatismo.

¿En qué consistió el éxito de Corea para controlar los brotes?

Veamos en qué consistió el éxito de Corea del Sur y en qué podemos aprender para el futuro. Las autoridades surcoreanas actuaron con rapidez y decisión cunado apenas se contabilizaban 50 casos en todo el país (según datos de la OMS).

Entonces, el alcalde de la ciudad, Daegu, del primer foco calificó el brote como “una crisis sin precedentes”. Pidió a los ciudadanos que se quedaran en sus casas y usaran mascarillas siempre, incluso en sus domicilios.

En Madrid, se pidió a los madrileños que permanecieran en sus viviendas cuando ya había mil casos registrados. Las autoridades sanitarias españolas no han recomendado que personas sanas usen mascarillas ya que no han demostrado efectividad.

En el caso de Daegu, fue el 20 de febrero. Al día siguiente, cuando se duplicó el número de contagios, Chung Sye-kyun, primer ministro surcoreano, habló de una situación “urgente”. Dos días después la calificó como “la más alta”. Fue entonces cuando se adoptaron medidas de carácter inmediato. Corea del Sur puso en marcha un plan extremadamente agresivo para doblegar al virus, generalizando las pruebas de detección.

“A diferencia de otros países, donde solo se hacen test a quienes tienen síntomas, nosotros hemos decidido realizarlos a todo el que haya estado en contacto directo con casos confirmados. En lugar de esperar que los pacientes vinieran, hemos ido a por ellos y buscado posibles infectados para evitar que contagiaran a la comunidad”, señaló a CNN Park Neunghoo, ministro de Sanidad.

En España se han hecho más de 30.000 pruebas en total

Más de 15.000 pruebas diarias se llegaron a realizar en Corea. En España, según indicó el domingo Salvador Illa, ministro de Sanidad español, se han hecho en total más de 30.000. Pero sólo a quienes presentaban síntomas.

De acuerdo con lo que Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, llevaba explicando, “tomar muestras a personas asintomáticas no tiene mucho sentido porque un negativo de hoy no quiere decir que mañana no puedas desarrollar síntomas. No aportan información y sí una falsa sensación de seguridad: ‘Como yo fui negativo ya no me tengo que preocupar, puedo ir a todas partes, no tengo que tomarme la temperatura’”.

Corea del Sur cuenta en su territorio con algunas de las empresas que desarrollan los reactivos para la detección del virus. Así que construyó una red de casi cien laboratorios para obtener los resultados. Eso se tradujo en que la tasa de letalidad cayó hasta un 0,8%.

Al hacer pruebas masivas, se detectaron muchos positivos que, de no ser así, habrían resultado desconocidos y, por tanto, potenciales transmisores de la enfermedad. Otra demostración del éxito de Corea en la contención de la expansión.

En cambio, en España, apenas veinte hospitales podían llevar a cabo los análisis para obtener los resultados de las pruebas. Una clara muestra de baja capacidad de diagnóstico, lo que resulta, al final, en una tasa de letalidad del 3%, por ahora. El criterio del Ministerio fue no hacer pruebas a los casos leves para concentrar los esfuerzos en los graves.

El 21 de febrero, en Busan, la segunda ciudad más grande de Corea del Sur, se detectó un primer caso. Consecuencia inmediata: cierre de colegios (el curso escolar aún no había empezado), bibliotecas, competiciones e instalaciones para mayores.

Efectividad y puesta a disposición de recursos en Corea

Las paradas de metro, tiendas y lugares públicos amanecieron al día siguiente plagados con dispensadores de desinfectantes de manos. Además, a pesar de que no hay consenso científico, se tomaba la temperatura a toda persona que viajara procedente de zonas de riesgo.

La mayoría de los expertos respaldan las medidas adoptadas por el Gobierno, en especial tras decretarse el estado de alarma. Pero, también coinciden en que todos los países europeos han llegado tarde y se han quedado cortos.

Ahí no acaba la cosa y aquí viene la parte que no es política ni de las Administraciones. Es la actitud de los ciudadanos. Cuando el alcalde de Daegu pidió a la población que se quedara en casa, al día siguiente las calles estaban desiertas. Disciplina militar siendo una democracia avanzada. O ¿será madurez democrática?

En Madrid, el primer día de cierre de colegios y recomendaciones de teletrabajo, los parques y las terrazas de los bares en esa jornada primaveral estaban llenos. El ambiente era el de un día festivo. Al día siguiente del anuncio de la declaración del estado de alarma, el alcalde madrileño tuvo que precintar los parques públicos y las terrazas de la capital. Lo imitaron centenares de municipios.

Reflejo del éxito de Corea es que no hubo que aislar ciudades. En España hay cuatro localidades confinadas y desde la madrugada del domingo no se puede salir a la calle, salvo excepciones.

“Sin dañar el principio de una sociedad transparente y abierta, recomendamos un sistema de respuesta que combine la participación pública voluntaria con aplicaciones creativas de tecnología avanzada”, explicó Kim Gang-lip, viceministro de Salud surcoreano.

Esto último hacía referencia a una app que geolocaliza a personas infectadas, sin revelar su identidad. Su especial utilidad permitió a cualquier ciudadano saber dónde estaban los mayores focos y, consecuentemente, evitarlos.

Los efectos del distanciamiento social tardan en hacerse visibles unos diez días

Simón indicó a los medios, cuando se adoptó la medida de distanciamiento social (entre un metro y metro y medio), que sus efecto se percibirían al cabo de unos diez días. Este es el periodo aproximado de incubación de la enfermedad.

Y así es. En Corea se adoptaron medidas el 21 de febrero. El 1 de marzo empezó a caer el número de nuevos casos. Con todo, el país asiático ha llegado a ser el segundo país del mundo con mayor cifra de infectados. Este domingo, aún tenía 8.000 casos, pero el número de nuevos contagios está por debajo del centenar y bajando. Es el éxito de Corea.

En España, saliendo todo bien, no se empezará a ver un descenso has el próximo domingo, como pronto. En días el covid-19 dará la cara en los que se infectaron a principios de la semana pasada o final de la anterior. Pueden ser miles.

El ritmo exponencial de casos registrados ha hecho que nuestro país ya sea el segundo con mayor número de nuevos casos del mundo. La cifra de infecciones superará con creces la de Corea. A última hora de ayer, había en España 9.300 infectados y lamentamos 334 muertes. Por fortuna, 530 pacientes ya han sido dados de alta. Quédate en casa.

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