El ébola ataca en el Congo

El ébola ataca en el Congo

Tratan de frenar el brote antes de que llegue a Kinshasa y Brazzaville.
Un brote de ébola ha aparecido en el río Congo frontera entre Brazzaville y Kinshasa, tras detectarse un primer caso de esta fiebre hemorrágica en el puerto fluvial de Mbandaka. Al parecer se trata de la cepa tipo Zaire, la más mortífera, y, con este, es el noveno brote en los últimos 40 años, y podría tener su origen en una comunidad rural en la provincia de Équateur, al noroeste de la República Democrática del Congo, RDC, seguramente por la ingestión de un animal que sirve de vector del virus, un lugar de difícil acceso ideal para ver contenido y aislado la infección. Apenas van 10 días desde el descubrimiento de la epidemia y ya hay 21 casos sospechosos, otros 20 probables y se ha cobrado la vida de 23 personas, tres de ellas portadoras del virus.
Pero lo peor es que ya ha saltado a la capital de la provincia, Mbandaka, un puesto fluvial muy activo en las rutas comerciales con Kinshasa, capital de la RDC, y Brazzaville, capital de la vecina República del Congo, ciudades con condiciones sanitarias precarias. Si llega ahí, la epidemia será mucho más difícil de combatir. Luis encinas, coordinador de emergencias y experto en ébola de Médicos Sin Fronteras, ha dicho que este brote “ha pasado de ser rural a ser urbano”. “No tenemos aún la imagen real del virus, hay que comprobar qué microbrotes están activos, cuántos posibles contactos directos e indirectos nos encontramos… esto no está bajo control ni mucho menos. Los desafíos logísticos en esta zona son enormes”.

Al menos 500 personas han estado en contacto con infectados
Esta es la cifra que han notificado las autoridades sanitarias congoleñas pero a los expertos no acaban de convencerles estos datos. Encinas cree, como sucedió con el cólera, “siempre que se ha dado en esta región ha acabado afectando a la capital, así que esa posibilidad existe. El peor escenario es que se den ramificaciones invisibles del brote que avancen sin que nos demos cuenta”. Se están levantando dos centros de aislamiento para enfermos y casos sospechosos, piezas clave para que la epidemia sea controlable. Se levantan en dos o tres días en cualquier parte y, de este modo, se trata a los enfermos en la llamada zona roja sin riesgo de contagio a otras regiones. Si los pacientes llegan a tiempo, el porcentaje de mortalidad cae por debajo del 50%, pero, de no ser así, puede alcanzar el 90%.
Por su parte, el Gobierno congoleño tiene el reto de hacer llegar a todas las comunidades, en todos los idiomas posibles, instrucciones básicas de higiene y promover prácticas profilácticas a fin de evitar la extensión del ébola. Para Encinas, no hay ni un minuto que perder. “En términos de ébola, no hay democracia. Debemos aplicar protocolos conocidos como aprobados e inflexibles”. Ahora se va a probar una vacuna experimental creado meses después del gran protegido de 2014 y 2015. Se trata de la rVSVDG-ZEBOV-GP. Uno de los problemas es que se debe transportar a las zonas rurales aisladas y sin energía eléctrica en neveras sin romper la cadena de frío, 80 grados centígrados bajo cero. Los resultados no son concluyentes y no está homologada por la Organización Mundial de la salud, aunque se ha probado en humanos. Luis Encinas dijo: “Espero que todos tengamos la lección aprendida de una inacción letal con el brote de 2014”. En esta ocasión, la OMS ha respondido. “Hay aviones y helicópteros para enviar material y vacunas, que se ofrecerán al personal médico de primera línea y al funerario, los dos sectores más expuestos al contagio”.

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