En Reino Unido la actividad de las fábricas ha vuelto a contraerse en agosto a causa de la incertidumbre del Brexit y la guerra comercial, según el índice de gerentes de compras. Éste se situó en los 47,4 puntos, cuando en julio era de 48. Es la peor cifra desde julio de 2012 y se teme entrar en recesión.
Rob Dobson, analista de IHS Markit, explica que “los altos niveles de incertidumbre económica y política, junto con las continuas tensiones comerciales mundiales sofocaron el desempeño los fabricantes de Reino Unido” en el octavo mes del año.
Así, se registraron profundas caídas en los pedidos nuevos que se han recibido en los sectores de consumo, bienes intermedios e industriales. Son consecuencia del debilitamiento de las condiciones a nivel doméstico y global, además de la preocupación que suscita el Brexit.
La confianza empresarial se ha desplomado a su nivel más bajo desde julio de 2012. El empleo del sector manufacturero cayó a uno de los ritmos más rápidos de los últimos seis años y medio.
Tristemente con la llegada del nuevo Primer Ministro, con sus consabidas payasadas, es muy posible que las cosas vayan peor. ¡Pobre Reino Unido!