El BCE alerta que la ralentización es peor de lo que se imaginaba

El BCE alerta que la ralentización es peor de lo que se imaginaba

La inflación registrada en marzo fue “sorprendentemente negativa”.
Analizados los últimos datos, en la reunión de política monetaria finalizada el 10 de abril, los miembros del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo avisaron que la ralentización económica que se vislumbra en la zona euro estaba adquiriendo más gravedad de lo que se esperaba.

“La extensión de la ralentización del crecimiento ya se había anticipado, en parte, en las previsiones macroeconómicas del BCE de marzo, pero se admitió que algunos datos recientes se habían vuelto más débiles de lo esperado”, se recoge en las actas de la reunión celebrada en abril.

En la reunión mantenida en marzo, el BCE presidido por Mario Draghi realizó una revisión a la baja de su pronóstico de crecimiento en la eurozona en 2019, valorando hasta el 1,1%, desde el 1,7% anticipado en diciembre. La previsión para 2020 fue del 1,6%, lo que suponía una décima menos que tres meses antes.

Conforme al documento publicado esta semana, los banqueros de la eurozona mostraron su conformidad en relación a los riesgos alrededor del pronóstico de crecimiento continuaban alineados “a la baja” debido a la “persistencia de incertidumbres” como el Brexit, la guerra comercial o las “vulnerabilidades” en mercados emergentes.

También, los miembros del Consejo de Gobierno del BCE avisaron además de que la inflación registrada en marzo había resultado “sorprendentemente negativa” y que su nivel se encontraba “incómodamente” por debajo del objetivo aconsejado por el BCE, de encontrarse cerca pero ligeramente por debajo del 2%.

En el mes de marzo, los precios de la eurozona subieron un 1,4% en relación al mismo mes de 2018, una décima menos que en el segundo mes del año, a la vez que la tasa de inflación subyacente se colocó en el 0,8%, dos décimas menos que el anterior mes.

En cambio, ya se anticipó por parte de los miembros del Consejo de Gobierno que podía ser consecuencia de los efectos de la Semana Santa, ya que este año cayó en abril. Eurostat publicó un mes después los datos de inflación de la eurozona y confirmaron la teoría del BCE. Por ello, en abril la variable general de la inflación registró una aceleración de hasta el 1,7%, a la vez que la subyacente obtenía un repunte de hasta el 1,3%.

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