El Banco de España reduce las expectativas de crecimiento de la economía española

El Banco de España reduce las expectativas de crecimiento de la economía española

Cae hasta el 2,5% pero se mantiene en el 2,2% la previsión de 2019.
Según las últimas proyecciones macroeconómicas elaboradas por la Dirección General de Economía y Estadística del Banco de España, la previsión de crecimiento para 2018 se rebaja en una décima, hasta el 2,5%, manteniendo la de 2019 en el 2,2%, y bajando otra décima la de 2020, que se sitúa en el 1,9%. Asimismo, calcula que el déficit público será del 2,7% en 2018 y del 2,4% en el próximo año.

Se prevé una desaceleración del producto en los próximos cuatro años después de que creciera un 3% en 2017 y se estima que el PIB español moderará el avance hasta los porcentajes mencionados y la previsión del 1,7% en 2021.

Comparando con proyecciones anteriores, el crecimiento del PIB experimenta una revisión ligeramente a la baja, debido a que el avance del producto en el primer semestre de 2018 fue menor del que se calculó anteriormente. El que no haya una revisión para 2019 tiene su razón en varios factores que se contrarrestan entre ellos. Por ejemplo, el comportamiento actual de la actividad, más dinámico de lo previsto en meses anteriores y los efectos positivos de la bajada reciente del precio del petróleo. Sin embargo, el valor que atribuye en los mercados exteriores es peor respecto a septiembre, lo que afecta a la revisión a la baja de 2020.

La continuidad del tono acomodaticio de la política monetaria, el fortalecimiento de la situación patrimonial y la orientación fiscal expansiva, de acuerdo con las medidas fiscales implementadas después de aprobarse los Presupuestos Generales del Estado de 2018, junto con la caída del precio del crudo, llevan al Banco de España a proyectar una prolongación de la actual fase alcista.

Así las cosas, el organismo regulador señala que la expansión del producto seguirá basándose en la demanda nacional en la que prevé una desaceleración en los próximos años, cayendo del 3,1% de 2018 hasta el 1,6% en 2021. A su vez, la contribución negativa de la demanda exterior neta de 2018, -0,6%, se moderará a partir de 2019, un -0,2%, volviéndose positiva al final del periodo calculado.

A ello se une que la capacidad de financiación de la economía española está experimentando una reducción importante en 2018, de forma que, en el global del año, podría situarse en alrededor del 1% del PIB, un 1,2% menos que en 2017.

La reducción de la balanza exterior se debería a un conjunto de factores en principio “predominantemente transitorios”, como lo ha sido el encarecimiento del petróleo, la reducción del ritmo de los flujos de comercio mundial, la apreciación del euro, o la recuperación de los destinos turísticos que compiten con España.

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