“El árbol de la política”, por Francisco Estepa Vílchez.

Francisco Estepa Vílchez.

A veces tengo la sensación de que los partidos políticos son similares a un gran árbol, con sus raíces, su tronco, ramas, hojas y frutos. Organismos vivos y en evolución. Las raíces de un partido político nos dicen mucho sobre aquellas personas que en algún momento decidieron unirse alrededor de unos ideales para llevar adelante un proyecto colectivo en defensa de unos determinados intereses. Ya sea el partido republicano de los Estados Unidos fundado en 1854, el Partido Socialista Obrero Español fundado en 1879, el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán fundado en 1920 y disuelto en 1945 o el Partido Popular  fundado en 1989. Cada uno tiene sus raíces y su historia, aunque algunos cambien de nombre por diferentes motivos, como es el caso de Convergència i Unió que a día de hoy mucha gente ya no sabe si es Partit Demòcrata Català, Convergència Democràtica de Catalunya, Democràcia i Llibertat o es Junts pel Sí. Veremos si las confesiones de Luis Bárcenas sobre las raíces del PP no le hacen también cambiar su nombre en el futuro. A veces varios árboles compiten con las mismas raíces como ocurre con el PP y VOX.

Otra parte importante del árbol es su tronco y aquí me gusta comparar éste con los valores y las convicciones que sirven de pegamento entre quienes se sienten parte de un partido político en las duras y en las maduras. Aquí no podemos incluir a quienes se mueven según las propuestas que se hacen cada 4 años, ni a quienes se acercan al árbol cuando reciben frutos y se alejan cuando ya no reciben nada a cambio. El tronco del árbol es la vida y lo que le da la fortaleza cuando vienen malos tiempos y se pierden las hojas o no hay frutos.

Luego tenemos las ramas, que las podemos comparar con todos esos proyectos que nacen desde el tronco y que con el tiempo se van consolidando o se van cortando para adaptarse al avance del tiempo. Las políticas que marcan el camino, como la defensa de la sanidad pública y universal del PSOE en España o todo lo contrario del Partido Republicano en Estados Unidos. Cada árbol tiene sus propias ramas y ahí es donde tenemos que tener claro bajo cuales nos queremos cobijar durante nuestra vida. A veces, también varios árboles compiten con el mismo tipo de ramas,  como el PP, Ciudadanos y VOX.

Y las hojas, que algunas son perennes y muy útiles, otras que no sirven para nada y sin embargo se resisten a caer y las hojas caducas, que después de cumplir su función durante un tiempo caen y dan paso a nuevas hojas que sirven para renovar la savia. Hay algunas personas que sólo ven hojas cuando miran un árbol, sin importarle sus raíces, su tronco o sus ramas.

Por último están los frutos, eso en lo que solamente se fijan algunos también y que cuando no les gusta el sabor de alguna pieza o tiene alguna imperfección, abandonan el árbol y se buscan otro que les de otra clase de fruta. Es imposible que todas las frutas que da un árbol nos puedan gustar y seguramente habrá algunas que por su forma, tamaño o color no sean tan atractivas como nos gustaría. Personalmente, tengo muy claro cuál es mi árbol y a qué arboles no me quiero acercar, aunque alguna vez la caída inesperada de una fruta desde mi árbol me haga un chichón.

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