El antequino australiano se muere por exceso de sexo

El antequino australiano se muere por exceso de sexo

La explicación puede hallarse en su dieta, a base de insectos y con carácter estacional.
Es un marsupial a pesar de parecer una rata pequeña. Es endémico de Australia. En esta especie, los machos, cuando llega la época de celo, se llegan a aparear con tantas hembras como puedan incluso pueden estar hasta 14 horas seguidas copulando. Esta rutina puede hacer que lleguen a desmoronarse. Su sangre está cargada de testosterona y hormonas del estrés, llegando a padecer caída del pelaje, hemorragias internas. Su sistema inmune puede estar bajo mínimos y, aún así, continúan buscando pareja, según traslada Quo.

“Al final de la temporada de apareamiento –dice Diana Fisher, de la Universidad de Queensland, en un artículo–, los machos se desintegran físicamente y pese a ello corren frenéticamente buscando las últimas oportunidades de apareamiento. En ese momento, las hembras, como es lógico, huyen de ellos”.

Debido a esto, los machos no suelen llegar al año de vida: de realizar tanto sexo, se suicidan. ¿Por qué?

Tras tres décadas de incógnitas, los científicos han concluido en algunas razones. Unos creen que, como es difícil que las hembras sobrevivan más allá de la primera camada, es necesario garantizar que los genes propios continúen. Otros, en cambio, creen que únicamente es debido a una característica del grupo que posee un sistema de reproducción extraño con ciertas peculiaridades. Finalmente, para otros, es una muestra de altruismo de los machos que se sacrifican para dejar más recursos para las próximas generaciones.

Fisher, en cambio, tiene otra teoría basada en la dieta de estos animales. Tienen una dieta estacional y se alimentan de insectos. Por lo que hay una época con abundancia de estos y otra época de escasez. Las temporadas de reproducción en especies con estas dietas son más cortas, por lo que tienen muchas posibilidades de morir tras el apareamiento. Por ello, las hembras tienen más suerte a la hora de lograr la supervivencia de sus crías si las tienen antes de la época de bonanza.

Por ello, los machos tienen que competir entre sí pero su modo de competir es utilizando el esperma. Cuanto más producen, más posibilidades tienen que expulsar a los anteriores pretendientes. Así, Fisher halló relación entre la reproducción suicida y el tamaño de los testículos: si son más grandes estos, respecto al cuerpo, mayor era el porcentaje de suicidio en estos animales.