El Ejército colombiano había urdido una trama de espionaje que es absolutamente incompatible en una institución que está al servicio de la democracia. Se ha comprobado el seguimiento que realizaban a más de un centenar de personas. Entre ellos, periodistas, corresponsales extranjeros, opositores, políticos y el mismo jefe de despacho de Iván Duque, el presidente de la República. Por todo ello, se cuestiona la gestión y el control de esta institución.
La revista Semana destapó los operativos que tuvieron lugar entre febrero y diciembre. Fue entonces, cuando Nicacio Martínez Espinel era comandante del Ejército colombiano. Martínez Espinel, que se encuentra retirado, niega todas las acusaciones, a pesar de tener que comparecer ante la Fiscalía. El proceso se encuentra aún en fase de investigación. Por su parte, las declaraciones de Duque y la opción de Carlos Holmes, ministro de Defensa, señalan la existencia de una red de escuchas ilegales. En total, el Ejército de colombia ha visto cómo once de sus responsables han sido apartados.
La estructura del Ejército colombiano se revisará
Todo ello ha hecho llegar a la conclusión de que la estructura del Ejército colombiano debe revisarse a fondo. Aunque el Ejército colombiano ya protagonizó un escándalo de espionaje de gran magnitud. Fue en la época de Álvaro Uribe, en la pasada década. El extinguido Departamento Administrativo de Seguridad intervino las conversaciones de opositores, magistrados y periodistas, por parte del .
El Centro Democrático, partido que gobierna, agrupa en su sector duro a todos los seguidores de Uribe. Y también quien más apoyo dio a Martínez Espinel, además de Guillermo Botero, exministro de Defensa.
El objetivo de la investigación busca defender a las Fuerzas Armadas colombianas, para que no sean cómplices de la violación de derechos humanos. De este modo, ha querido trasladarlo Naciones Unidas. De forma que el Ejército colombiano se convierta en un engranaje fuerte para defender la democracia.