Este miércoles se había lanzado la alerta sobre un atentado inminente en las inmediaciones del aeropuerto de Kabul. Este jueves se ha producido, llevándose la vida de un número indeterminado de personas y provocando numerosos heridos.
Según los talibán, al menos habría 13 muertos, entre ellos mujeres y niños, además de varios heridos, guardias talibán y tres marines estadounidenses.
Estados Unidos, Australia y Reino Unido había advertido de la “elevada amenaza de ataque terrorista” en los alrededores del aeródromo de la capital afgana.
De hecho, la Embajada estadounidense había recomendado a las personas que se encontraban en las puertas del aeropuerto que se marcharan “de inmediato”.
Había “amenazas de seguridad fuera de las puertas”, argumentó la legación diplomática ante la posibilidad de un atentado inminente.
Por su lado, Reino Unido actualizó los avisos de viaje en su página web, señalando que la situación en Afganistán es “volátil”. “Existe una amenaza constante y elevada de ataque terrorista”, apuntaba el Ministerio de Exteriores británico en la web.
Tal es así que avisaban que no se viajara al aeropuerto de la capital afgana. “No viaje al aeropuerto internacional Hamid Karzai de Kabul”, alertaban para instar a que los que estuvieran allí se alejaran a “un lugar seguro”.
Allí debían permanecer hasta “recibir más consejos” o “salir de inmediato de Afganistán si pueden hacerlo de forma segura por otros medios”.
Similares términos empleó el Ministerio de Exteriores de Australia, haciendo un llamamiento a no acercarse al aeropuerto de Kabul. Asimismo, a alejarse de la zona por la “amenaza muty alta de ataque terrorista”.
Este miércoles se informó de un “flujo de amenazas muy específico” procedente de Estado Islámico Provincia de Jorasán, la sección afgana de DAESH. De hecho, se atribuye a este grupo el atentado de este jueves.