La comparecencia de Cristina Cifuentes en la Asamblea de Madrid ha suscitado muchas más dudas que las que había. No ha aclarado ningún extremo, se ha limitado a poner el foco en la universidad aumentando, de esta forma, el desprestigio de la institución docente y el suyo propio.
Si a cualquier miembro de esta redacción se le pide su Trabajo Fin de Grado o su título de doctor, presentaría el texto investigador o la tesis doctoral de forma inmediata. No se arriesgaría a que todo el mundo pusiera en cuestión su currículum o su formación, y lo que es peor, su decencia o su comportamiento.
Para mayor abundamiento, la intervención de Cristina Cifuentes y la presencia de un PP ciertamente dividido provocan un enmerdamiento de la vida colectiva. Si un dirigente político no sabe cuidar hasta el último detalle de su vida pública, qué pasará en aquello que se desconoce.
Peor consideración merece el hecho de que Cifuentes no proteja a la universidad pública, como institución precisamente a proteger, especialmente por la administración que en el fondo es la que tutela la Rey Juan Carlos.
Editorial “Máster en desprestigio”
Siento verguenza de nuestro gobierno.
Que pena de pais.
Si lo que está pasando en este país, desde hace unos cuantos años, lo miráramos con los ojos de un ciudadano de otro país, lo veríamos aún mas catastrófico, y veo una cosa que me estremece mas que lo que pasa, y es la pasividad con la que, los ciudadanos de a pie, llevamos la catástrofe.