El Gobierno de Italia ha avergonzado al mundo y a los italianos. Ha querido dejar a la deriva a más de seiscientos seres humanos que sólo buscan vivir, comer y amar. Niños incluidos. Ancianos, adultos, mujeres, hombres. Más niños.
La Italia de Leonardo y de Tiziano, la de Garibaldi, la de la cultura y el arte, la de la libertad, ha quedado avergonzada por aquellos que no respetan a su historia, a la Humanidad, ni siquiera a ellos mismos.
La Italia que enamoró a Stendhal, la que brilla desde la Lombardía a Sicilia y florece en la Toscana, no merece unos despiadados gobernantes más pendientes de sí mismos y de su propio vómito.
Hace bien el Presidente del Gobierno de España de tomar la decisión de salvar a más de seiscientas personas. Incluso de ponerse en contacto con la oposición italiana de izquierdas. Porque quien necesita más ayuda es sin duda… Italia.
Editorial “Italia a la deriva”
