La nueva dirección del Partido Popular tiene la ardua tarea de saber hacia dónde dirigir las ideas, programa y objetivos de la derecha española. Porque no es lo mismo defender las esencias conservadoras con radicalidad que atemperar un discurso centrado en el trato y en el fondo.
Sabemos que las coordenadas cartesianas en política ya valen para bien poco. Somos conscientes que la cuestión es más sofisticada de lo que parece y que tras los matices se esconde el diablo o la gloria.
No es lo mismo ponerse a hacer propuestas a favor de las grandes empresas, llenárseles la boca con bajadas de impuestos a los que más tienen, ser refractarios a los migrantes y refugiados, o tratar de privatizar de forma subrepticia la sanidad pública o la educación universal.
No es lo mismo, en otro sentido, hacer un discurso centrado y parecerse cada día a una parte de la derecha europea moderada. Porque precisamente la derecha española puede tomar dos modelos de Europa: el centro democrático o la derecha xenófoba. Como dos extremos de un mismo eje… cartesiano también.
Editorial “Hacia dónde va la derecha”
