El Partido Popular ha sido condenado por lo que ahora toca, en un país normal, que sus responsables orgánicos tengan que asumir responsabilidades políticas. ¿O van a seguir mirando para otro lado?, ¿van a continuar difiriendo pagos, culpas y penas?
Los 52 años de prisión al señor Correa demuestran que no hay muñidor de delitos que se libre. Los 33 años para Bárcenas son una reprobación en toda regla a quien fuera senador, gerente y tesorero. Pero la reprobación política máxima es al Partido Popular.
Una reprobación a años de vergüenza. La refutación de la impunidad. La condena a la corrupción. Como dice la sentencia, la relación corrupta era central y madura, estable y permanente.
No debe pasar ni un minuto más sin que los dirigentes orgánicos e institucionales no se vayan a su casa. Porque, si el sitio de los que delinquieron es la cárcel, el lugar de los responsables políticos es su casa.